viernes, 19 de diciembre de 2014

Duele el recuerdo por navidad


Otro mensaje tuyo por whatsapp. Éste, para pedir perdón por haberme escrito el anterior mensaje. Supongo que, al ver que no te respondía al anterior, entendiste que estaba enfadado o disgustado y has querido remediarlo de alguna forma; pero lo has jodido más.

Entérate de una vez: no quiero verte, ni puedo. Me duele profundamente saber de ti, pensar en ti, conocer las cosas que haces. No soy capaz de enfrentarme a la idea de sentarme a hablar contigo, porque únicamente pienso en el daño que me causaste. No es que sea especialmente rencoroso, pero tampoco lo que tú me hiciste es habitual.

Quiero avanzar, quiero superarte de una santa vez. Y no puedo hacerlo si estás constantemente entrando en mi vida. Ya te lo dije en su momento: esto no es cuestión de que pasen unos días hasta que se me pase el cabreo. Es algo peor, más profundo, más animal. Es una herida en el orgullo, en la confianza y en la autoestima. Necesito y quiero recuperarme, y me jode muchísimo tenerte en mi cabeza. No es justo para mí ni para mi nueva pareja (sobre todo para ella). Piérdete de una vez, olvídame y olvídate.

No sé qué pasará en un futuro. Me asusta pensar que no te volveré a ver, a saber de ti. Pero si para ser feliz tengo que hacerlo, da por hecho que pasará.

sábado, 13 de diciembre de 2014

¿Por qué me sigues haciendo daño?


Ayer me escribiste. Utilizaste el whatsapp, tan de moda hoy en día. Dos simples frases, breves y concisas, en las que aludías a la necesidad de que fuera tu amigo, y a lo mal que lo estás pasando.

No consigo entenderte, sinceramente. No consigo entender que no veas lo cruel, insensible y egoísta que es esa frase. No han pasado ni seis meses desde que me partiste el corazón por la mitad, de una forma tan asquerosa; y ha pasado aún menos tiempo desde que me engañaste con ese impresentable, que ahora se está mostrando como realmente es. Te advertí que no quería ni pensaba ser tu paño de lágrimas, y aún así te lo has pasado todo por la entrepierna.

No, no voy a ser tu amigo. No puedo serlo, y tampoco quiero. Y mucho menos teniendo en cuenta que sigues viéndote con él a pesar de todo, lo cual demuestra a mi parecer que no te arrepientes de nada de lo que hiciste. Estás descolocada, te hacen el vacío en su familia y te alejaste voluntariamente de todo y de todos los que te querían. Pero fue una decisión que quisiste tomar voluntariamente (aún a pesar de mi insistencia en hacerte ver lo que consideraba un error, y aún a pesar de algunas frases bastante crueles por tu parte).

No soy un insensible. Me ha entristecido profundamente recibir el mensaje, y estoy pensando cómo contestarte de la forma que te duela menos. No sé si quedar contigo y hablar (aunque creo que sería un error, y que nos haría mucho daño a los dos); si responderte que, lamentándolo mucho, no creo que sea una buena idea ser amigos por el momento; o si responderte alguna de las muchas respuestas dolorosas y groseras que se me han ocurrido (obviamente la opción más improbable). Sinceramente me has vuelto a abrir la herida, y lo estoy pasando ahora mismo muy mal.

Lo que más me duele es incluir a otra persona, de la cual desconoces todavía su existencia, en esta operación. Tras meditarlo profundamente, decidí contarle lo que me habías escrito, porque no quiero que haya ningún secreto entre nosotros. No creo que le haya gustado, pero me ha apoyado desde el primer momento en la toma de una decisión al respecto de qué hacer contigo.

Solo puedo decirte que lo siento. Lo siento por ti, por tu error y por lo que te toca pagar ahora. Lo siento por el dolor que tú misma me has causado y me causas aún, y por lo que te va a tocar sufrir a ti. Lo siento pese a que te avisé. Pero ahora ya es tarde para remediarlo.

lunes, 8 de diciembre de 2014

¿Querer nuevamente a alguien?


Desde hace un par de semanas me veo con otra persona.

Es así, es real y casi no me lo termino de creer. Es fantástica, cariñosa, espontánea... y me da miedo lo deprisa que esta marchando todo. No paro de pensar en el poco tiempo que hace que tú y yo terminamos una relación de 9 años, en cómo me estuviste mareando tras aquello, en cómo sufrí durante estos meses. Y ahora, de buenas a primeras, aparece ella; alguien en quien me fijé mientras estábamos juntos. Y ese alguien resulta ser exactamente lo que yo había deseado que fuera: una persona con quien hablar sin tapujos, una chica con sus defectos y sus problemas, una mujer sin miedo a expresarse física y emocionalmente...

La semana pasada nos vimos brevemente, y cruzamos unas palabras. Me quedó la sensación de haberte olvidado, de no tener nada de qué hablar contigo. Te miraba como miro a las personas cuando las conozco pero no mantengo más que una relación basada en el saludo y algún café de vez en cuando. Casi me parecías una extraña, y me duele. Me duele pensar que, después de 9 años, todo el amor que sentíamos el uno por el otro haya podido desvanecerse así, sin más.

Te quise, te quise muchísimo. En algunos momentos tuve ganas de pedirte que te casaras conmigo, aún sabiendo que no estabas muy por la labor de hacerlo. Pero quería hacerlo como expresión del amor que sentía por ti, aunque me rechazaras. Simplemente quería que supieras lo que significabas para mí. Por eso me duele tanto ahora sentir lo que siento cuando te veo.

Todavía pienso en la decisión que tomaste, motivada por la situación que no esperaste encontrarte nunca. Sigo pensando que, de no haberte pillado engañándome, aún seguiríamos juntos como si nada ocurriese. Aún pienso que obraste fatal, y que al final te fuiste con 'Mr. guitar hero' por vergüenza, por no enfrentarte a una situación que tú solita generaste. No me puedes engañar, tú y yo sabemos lo que pasó aquella noche en el restaurante, cuando nuestros labios estuvieron a punto de cruzarse, cuando me piropeaste hasta la saciedad, y me expresaste el mosqueo que sentías porque otras mujeres estuvieran 'pendientes' de mí.

No sé cómo te va ahora con él, aunque espero que por lo menos no te sientas infeliz. Decididamente nunca me sentiré contento de pensar que sigues con él, y sigo prefiriendo no verle porque aún ahora no sé cómo reaccionaría ante su cobardía y su forma de engañarme.Sólo espero que al final de tus días puedas pensar que tuviste la suerte de pasar 9 años de tu vida con un chico que te cuidó, respeto y quiso sin adornos, filtros ni condiciones; que, en el momento en que muchas personas te hubieran marcado emocionalmente, machacado socialmente e incluso insultado, decidió dar un paso a un lado y dejarte ir, callando y ocultando la vergüenza que le hiciste sentir con tus actos.

Sólo quiero darte las gracias por todo el tiempo que me amaste y que quisiste pasar conmigo, por todas las veces que pensaste en mí, que me ayudaste y motivaste; por los momentos duros que estuviste a mi lado, y por los que quisiste tenerme a tu lado. Recordaré tu tierra con mucho cariño; recordaré a tu familia, que me hizo sentirme genial y que se portó conmigo como una parte más de mi familia.

Por mi parte, me centro ya en una nueva etapa de mi vida, con alguien que considero de momento una persona extraordinaria, y que espero quiera vivir una buena parte de su felicidad teniéndome a su lado. Ojalá tenga por lo menos la misma suerte que tuve contigo, y que el final no sea igual.


lunes, 1 de diciembre de 2014

Una semana estupenda

La semana pasada puedo considerarla como una buena semana en líneas generales.

Laboralmente, ha sido muy buena porque conseguí por fin complementar mi nómina lo suficiente como para poder vivir más o menos desahogado gracias a dos pequeños trabajos que me van a aportar además una estabilidad a lo largo de todo el año. No me convertiré en el más rico de la ciudad, desde luego; pero sí voy a poder disponer de un pequeño colchón para las vacas flacas. Es un avance bastante importante para mí.

También he asimilado la vuelta de mi viaje por otro país. Un viaje cortito pero reconfortante, donde pude conectar con amigos que hacía tiempo que no veía y que me trataron estupendamente. Además disfruté visitando las diferentes ciudades que tuve tiempo para ver.

A nivel personal, diría casi que no me acabo de creer lo que está pasando. Nunca pensé que tuviera tanto tirón como estoy teniendo (me resulta casi increíble, teniendo en cuenta lo que pasó al final entre nosotros), pero he tenido que dar calabazas a una chica (lo más educadamente que he sabido), y recibir elogios y piropos de otras dos. Si lo sumo al último mes, diría que soy un tipo afortunado o privilegiado incluso.

También me he enterado de que al final han descubierto 'el pastel' de tu nueva relación. Como verás, no ha sido por mi culpa: yo me he enterado a través de una de las personas que integra el grupo que se ha enterado. Además me han contado que en la familia de él te están haciendo el vacío, cosa que no me gusta, pero que tampoco es mi problema.

No sé por qué sigues intentando comunicarte conmigo. Creo que está bastante claro que yo no tengo ningunas ganas de verte. Pero a tenor de lo explicado antes, podría aventurar alguna suposición. Y te voy a decir algo que ya te dije en su momento: no soy el paño de lágrimas de nadie, ni la tabla de salvación después del naufragio. Escogiste libremente dónde te metías y pasaste de mis sentimientos. Creo que es lógico que ahora me mantenga al margen de todo esto, sobre todo porque te avisé varias veces de lo que iba a pasar.

Lo que dejo para el final, y tarde o temprano te vas a tener que enterar, es que llevo una semana viéndome con alguien. No sé en qué acabará todo: si evolucionará hacia algo serio, o si terminará igual que vino. Pero la realidad es que está ocurriendo, y que se trata de alguien que conoces desde hace tiempo. No se puede considerar una amiga tuya, pero es alguien cercano a ti. Y me siento fenomenal con ella, conectamos en muchos aspectos: hablamos durante largos periodos sobre multitud de temas, nos sentimos muy bien juntos, somos sinceros y claros en nuestras ideas y sentimientos...

Ella no se acaba de sentir bien con todo esto. Está decidida a contártelo, aunque yo considero que es un error, y que tampoco existe ninguna necesidad de hacerlo. No hacemos mal a nadie, ni te debemos nada. Y además creo que por lo que estás viviendo tampoco es el mejor momento. Pero tampoco puedo reprocharle para nada el querer hacerlo, ya que ella siente que es lo correcto. Y eso es algo que yo valoro muchísimo en una persona.

martes, 25 de noviembre de 2014

Llegas tarde


Ya ha ocurrido.

Sabía que pasaría. Sabía que me escribirías, y que intentarías acercarte de nuevo a mí. Te lo advertí en su momento, pero no me quisiste creer ni escuchar. Sabía que te darías cuenta de que habías metido la pata tarde o temprano, pero no sabía cómo iba a reaccionar yo.

Lo siento, pero ya es muy tarde. No quiero caer en los errores del pasado. No quiero volver a saber de ti de momento, porque todavía tengo algo de dolor cuando recuerdo lo que hiciste. No me da la gana quedar contigo para que te sientas mejor contigo misma, o para que me vengas ahora contando el error que cometiste, y que me echas de menos o algo así.

Te advertí que te apartaría de mí, que conseguirías lo que en el fondo buscabas: librarte de mí, de una relación de 9 años, para irte con un tonto que no tenía nada más que ofrecerte que sexo y promesas vacías, sin nada serio. Te dije que las cosas son como son, y que cada uno toma sus propias decisiones motivado por el momento, las circunstancias y su propio bienestar. Me cansé de vivir pensando en tu bienestar, y decidí empezar a vivir mi vida por mi propio bien.

No lo sabes todavía, pero mi corazón y mi cabeza ya no te pertenecen. Es algo que también te advertí que podría pasar, y de hecho es lo que ha pasado. No sé a dónde me llevará este nuevo camino, porque no se vislumbra nada más allá del día a día; pero me apetece caminar por él, disfrutar de este momento junto con esa nueva persona.

Te prometí algo en su momento, y pienso cumplirlo: si me preguntas, te contaré quién, cómo, cuándo... Pero ten por seguro que no te va a gustar saberlo. Hay algunas cosas que, cuando las conozcas, te van a hacer daño. Avisada estás.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Escribir porque me apetece

Estoy cambiando, lo noto. Cada vez hablo y pienso menos en ti, y estoy centrado en mi día a día: mis problemas cotidianos, mis viajes, mis amigos, mi casa...en definitiva, mi vida.

Todavía duermo mal. No consigo dormir más de 5 horas del tirón, y me cuesta volver a conciliar el sueño después de despertarme. Por lo menos ahora no parece que la causa sea el soñar contigo. Cada vez te tengo menos presente, y las pocas veces que hablo sobre ti lo hago con una sensación de distancia, de lejanía. Todavía te tengo cariño, por supuesto, y me molestaría saber que te encuentras mal o que te ha pasado algo grave; pero ya no tengo la sensación de que saldría corriendo a tu lado si me lo pidieras sin pensarlo siquiera.

Esta 'nueva vida' que estoy viviendo ahora me está dando la posibilidad de explorarme, de pensar más en mí, de aprender cosas nuevas sobre mí mismo. Estoy construyendo una imagen de mí mismo que me hace sentir más cómodo, sin ataduras ni presiones emocionales. Me dedico a vivir, a disfrutar cada momento que me hace feliz (y que cada vez son más). Hago cosas que había dejado de hacer, disfruto de mis amigos de toda la vida y de los nuevos que voy haciendo por el camino, ya no le tengo tanto miedo a la sensación de soledad, y aprovecho esta sensación de libertad.

También disfruto de mi soltería en el plano sentimental. Son varias las mujeres que muestran su interés por mí (de forma contrastable y reconocida), y me hace sentirme valorado como hombre en el plano sentimental. Mantengo muchas charlas, tengo citas, y me sorprendo y divierto con todas ellas de una forma sana, sin presiones. En el fondo siempre tuve claro que era un hombre valorado en este aspecto, pero nunca tuve la posibilidad de comprobarlo y contrastarlo. Ahora puedo comprobar que no me engañaba, que es una realidad, que hay más vida después de ti.

Se acerca el invierno, y con él las vacaciones de y fiestas de Navidad. Supongo que van a ser unos días duros para ambos, sin tenernos al lado como en los últimos años. No sé qué me deparará a nivel sentimental, aunque intuyo algún pequeño bajón emocional. Creo que es una de las etapas finales que ambos debemos pasar, y espero hacerlo de las forma más correcta y estoica posible.

Por otra parte, mi vida afectiva me ha llevado a una situación rara: hay dos mujeres, completamente diferentes la una de la otra, y completamente diferentes de ti también. Una de ellas dulce, educada, simpática, divertida y cariñosa, y en quien reparé momentáneamente cuando salía contigo; trabaja en tu empresa, y os he visto juntas alguna vez, aunque eso a ella parece no importarle en absoluto. La otra es más salvaje, más directa, y me revuelve mis ideas cada vez que hablamos. Diría que nunca he tenido relación con alguien de este estilo. Tiene una forma de pensar y vivir la vida completamente diferente a como la vivo yo, pero me atrae muchísimo cada vez que estamos juntos.

Ahora necesito aclararme en este sentido. No me atrae la idea de tener dudas en este sentido. Necesito percibir quién es realmente la persona con la que quiero estar, sin tenerme que plantear después si no me habré equivocado en la decisión. Tampoco tengo prisa en este sentido, y prefiero arriesgarme a perder la oportunidad con alguna de ellas a meter la pata.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Una vez más


¡Vaya fin de semana más asqueroso llevo! De esos en los que me da la sensación de haber metido la pata muchas veces en poco rato con varias personas, y de haberlas agobiado con toda la mierda que tengo en la cabeza.

No sé por qué, pero estoy de bajón. Nuevamente has vuelto a mi vida, aunque esta vez sin tú saberlo siquiera. Un comentario inesperado de alguien ha bastado para remover de nuevo todo el trabajo que estoy haciendo conmigo mismo al respecto de la ruptura. Y me jode horrores que, por el simple hecho de escuchar tu nombre, pase tan malos ratos comiéndome la cabeza. Es cierto que este fin de semana no entrará dentro de la historia de los mejores días de mi vida: mucho tiempo en soledad (no sé por qué odio tanto esto, la verdad), planes repetitivos, y errores de bulto que he cometido aún sabiendo que, de hacer lo que he hecho en algunos casos, iba directo hacia ellos.

Creo que busco desesperadamente una sustituta. Alguien que me dé lo que obtenía de ti, fuera bueno o malo.Soy consciente de que es un error, de que en mi estado actual no ayuda nada el pensar constantemente en mujeres, en si ligo o dejo de ligar (la realidad es que sí ligo, pero intento después correr demasiado y las asusto). Pero es como si me fuera la vida el encontrar una pareja estable, para encontrarme igualado a ti. En vez de sentirme bien conmigo mismo por todo el trabajo anímico, en vez de felicitarme por cómo lo estoy llevando, por darme distancia de ti, por conseguir hacer nuevos amigos... me estoy poniendo en una situación de inferioridad OTRA VEZ, me veo como un imbécil al que han cambiado por otra persona sin ningún tipo de problema. Me estoy desviando del camino correcto, lo sé, y esto no puede llevar a nada bueno.

Necesito recuperar el rumbo, sentirme bien conmigo mismo, darle sentido a mi vida, aprender a vivir el día a día y los momentos que ésta me ofrece. Pero el dolor de tu distancia es sencillamente muy fuerte y atrayente; es seguramente como el mono de cualquier adicto. Lo peor es que no entiendo por qué, precisamente ahora, y cuando menos me lo esperaba, ha llegado este bajón tan grande. Tener que volver a luchar por salir a flote es una carga muy pesada. Esperamos que sea la última vez que tenga que enfrentarme a esto.

Hay varias personas además que me han ofrecido, sin saber qué ha visto en mí, un apoyo enorme en este momento de mi vida. Y ahora tienen un bajón en las suyas. Me gustaría poderles devolver todo ese cariño que me han dado, pero no sé cómo. Me cuesta saber qué decir o hacer, sobre todo porque no acabo de conocerlas lo suficiente. Creo que intentaré poner una marcha menos a ver qué pasa, porque no me gustaría asustarlas presionándolas sin querer.

domingo, 2 de noviembre de 2014

¿Qué siento?


Creo que este es con diferencia el blog al que más tiempo he dedicado. Es más, intento olvidarme de él y seguir con mi vida, pero cada cierto tiempo tengo la necesidad de volver aquí y darle vueltas al tema una vez más.

No consigo quitarme de encima tu presencia. De forma consciente no estás presente en mi vida; mi día a día te omite casi sin esfuerzo, salvo cuando chocamos de frente por uno u otro motivo. Pero las noches me están machacando vivo: una y otra vez te vuelves recurrente (esta noche pasada también, sí), apareces en las situaciones más dispares, y despierto triste.

Es increíble el poder del apego, y lo que ello supone. Supongo que la tristeza tiene que ver con mi nueva situación de soledad, de lejanía de la estabilidad de la pareja, y otra serie de cuestiones que no consigo localizar. Ahora mismo me siento muy triste al pensar que ya nunca nada de lo que haga va a volver a ser igual, que no voy a volver a pensar en ti cuando organice planes, viajes y demás.

Desgraciadamente, no consigo recuperar mi felicidad. Es más, intento pensar la última vez en la que me he sentido pleno y feliz, y sólo recuerdo momentos a tu lado. Por supuesto, todo lo que llevo pasado en los últimos meses tampoco me ayuda, aunque espero que sea una cuestión meramente temporal. Pero me gustaría tener algo de suerte para variar esta dinámica.

Por otra parte, pensando fríamente en cómo me estoy moviendo, sé que tengo motivos para sentirme orgulloso de mí mismo: mi capacidad para resistir todo lo que se me ha venido encima de golpe, la forma en la que estoy recuperando viejas amistades y construyendo otras nuevas con la edad que tengo, mi nuevo hábito de proponer planes sin esperar a que alguien lo haga por mí, las increíbles muestras de cariño por parte de mis amigos y de otras personas de las que en principio no hubiera esperado esto... Pero esto es una balanza; y, en el otro lado, todavía pongo cosas que no me acaban de gustar: mi cuerpo, mi inmovilismo, mi capacidad para ningunear mis propios méritos, mis miedos internos... Y sigo dándole más valor a éstos frente a los otros. Tan triste como cierto.

Sí hay una cosa buena desde que pasó todo esto: he descubierto que tengo 'cierto tirón' femenino. No es que sea lo más importante para mí, pero en cierto modo me ayuda sentirme atractivo y deseado. Supongo que en parte tiene que ver con mi actitud actual de desinhibición, y mi estado de constante coqueteo. Pero me resulta curioso darme cuenta de que, si bien seguramente ninguna mujer representa ahora mismo algo de la misma importancia que tú has supuesto para mí durante estos años, existe una cierta cantidad de mujeres que ven en mí lo que tú dejaste de ver; y que valoran por encima de todo lo que yo ofrezco frente a las luces de colores y fuegos artificiales de 'Mr. Satriani'.

Tengo que parar ya. Hoy trabajo, y tengo que ponerme manos a la obra dentro de un rato. Pero me gustaría dejar una reflexión sobre todo esto: leí una frase hace unos días que me gustó mucho, y que decía así algo como 'ella se enamoró de sus flores y no de sus raíces, pero cuando llegó el otoño no supo que hacer'. Quizás no vuelva a encontrar a alguien como tú o quizás sí, pero tengo claro que me voy a fijar mucho más a partir de ahora en el interior de una mujer. Ojalá tú acabes haciendo lo mismo y no te dejes deslumbrar nunca más por los brillos en los espejos.

jueves, 30 de octubre de 2014

Vuelta la burra al trigo


Se cumplen hoy cuatro meses desde la ruptura. Sé que lo sabes y te acuerdas.

He pasado una noche bastante asquerosa, despertándome cada pocas horas y teniendo problemas para volverme a dormir. Diría que no sé qué lo ha motivado, pero en este caso la cosa está bastante clara: has sido tú otra vez la culpable. ¿Es muy duro, muy directo? No lo sé, pero es la verdad.

Por algún motivo escogiste la noche de ayer para volver a socializarte con los amigos que habías dejado de lado. Fuiste a aquel acto, en el que sabías sin ningún género de duda que yo iba a estar (entre otras cosas porque formaba parte del grupo que lo organizaba y actuaba); estuviste charlando en una punta del local con varias personas mientras yo hacía lo propio en el otro lado; y, cuando no quedó más remedio, nos juntamos en el mismo corrillo. Estuvimos educados, charlamos de cosas del día a día, y no nos hicimos preguntas incómodas ni realizamos comentarios con doble sentido.

Hasta ahí todo genial. Lo que no consigo entender es por qué, cuando algunos nos fuimos a otro lado (y te propusimos por cortesía acompañarnos si te apetecía), no renunciaste educadamente. Te quedaste charlando con algunas personas un rato, y al cabo de una media hora apareciste sola en el lugar a donde nosotros habíamos ido a celebrar el éxito del evento. ¿Para qué? ¿De repente sentiste la necesidad de juntarte con toda la gente a la que llevabas tiempo sin hablar? ¿Era estrictamente necesario que lo hicieras estando yo presente?

No sé si alabarte por haberlo hecho de una vez (sinceramente me daría mucha pena que te alejaras de este grupo de personas tan maravillosas), o si pensar que eres simplemente tonta. No das una a derechas conmigo desde hace cuatro meses. Y lo peor es que no sé si te das cuenta.

No sabes medir los tiempos, no sabes leer las señales, no eres capaz de afrontar como alguien maduro los problemas, y eres capaz de hacer todo el daño del mundo (en cuatro meses) a quien te ha querido con toda su alma durante nueve años.

¿Querías estar conmigo? ¿Te sientes sola? ¿Te da pena alejarte de ellos? Había infinitos momentos y formas mejores mejores para hacer todo esto que ayer. Ese momento era mío; era mi noche, mi actuación y mi celebración. ¿Crees de verdad que merecías o tenías que estar en ella después de todo? Vagas por el mundo pensando únicamente en ti misma. Es algo que cada día tengo más claro.

El mayor problema es que eres incapaz de dejarme sanar. Supongo que tienes la necesidad de mantenerte cerca de mí de alguna forma, y por eso cada cierto tiempo me tocas las narices de alguna forma. No sé si no soportas que no te hable, o que esté enfadado contigo, o qué. Pero al final vas a conseguir lo que no ha conseguido nadie durante toda mi vida: cabrearme de tal manera que te acabe mandando a la mierda de una forma dolorosa para ti.

¡Empieza a madurar de una vez! Ya eres mayorcita para darte cuenta de que los errores que cometemos tenemos que pagarlos. Sé que seguramente es la primera vez que te expones sin ayuda de tu familia a esto, pero nunca es tarde para aprender a hacer las cosas bien.

P.D.: como verás, nuevamente se cumple lo que te dije que ibas a hacer. ¿Seré un pitoniso, o es que quizás eres demasiado clara?

domingo, 26 de octubre de 2014

Cuando deje de doler...

Van a hacer cuatro meses ya. Mi vida ha dado un cambio radical desde entonces: de una estabilidad emocional, con una persona a mi lado, y un trabajo que me bastaba para cubrir todas las necesidades que teníamos, he pasado a tener que buscar un piso (y a pagarlo completamente solo, sin compartir gastos), a estar solo a nivel emocional, y a tener un caso familiar con una grave enfermedad que, por suerte, se ha resuelto de la mejor manera que se podría resolver.

Muchas vueltas le he dado a todo en mi cabeza desde entonces. He perdido muchas horas intentando buscar una explicación a todo lo que pasó desde aquel día; he experimentado el odio, la rabia, la incomprensión, la soledad, la tristeza...; he intentado calmar todo esto con otras mujeres mediante experiencias sexuales placenteras, pero que no me llenaron emocionalmente, y poco a poco te he ido echando de mi vida hasta el punto de ignorarte completamente durante el día. La noche sigue siendo otro cantar por desgracia.

Parece que, de momento, los sueños contigo han desaparecido, aunque sigo despertando con tristeza y con mi cabeza dando vueltas a sinsentidos. Me temo que es algo que me va a llevar tiempo superar, así que me he resignado a soportarlo estoicamente.

Como ya te dije, el mayor problema de lo que pasó no es siquiera el hecho, entre otras cosas porque ya te estás dando cuenta de dónde te has metido (mira que todo el mundo lo había calado rápido, pero tú no quisiste darte cuenta de los signos evidentes que daba una persona sin amigos, enfrentada a toda su familia, y con síntomas evidentes de depresión, egocentrismo barato e incapaz de guiarse por la vida). El problema es la cantidad de dudas y desconfianza que has generado en mí: ahora mismo no sé si una chica me gusta simplemente por el hecho de no querer estar solo, o si de verdad me interesa para iniciar una relación con ella.

Obviamente, todo esto viene al caso de que hay alguien que me está llamando fuertemente la atención, pero a la que me da miedo abordar por si mis sentimientos no fueran todo lo claros que deberían ser en estos casos. Es alguien que trabaja en tu misma empresa, y en la que me fijé mientras salía contigo, pero a la que obviamente distancié por respeto hacia ti. El problema es que ahora ha vuelto a mi vida, y tengo miedo a 'cagarla' con ella, a que todo vaya mal. En fin...

Por otra parte, tengo en cierto modo que agradecerte todo lo que ha pasado en un aspecto: ahora mismo muestro una clarísima desinhibición hacia el sexo femenino. Soy capaz de coquetear sin ningún miedo, e incluso de llegar sin complejos a cotas más altas sin dudas sobre un posible rechazo. Eso sí, me estoy dando cuenta de que no es un estilo de vida que quiera llevar mucho tiempo: las relaciones sexuales sin sentimientos pierden gran parte de la magia desde mi punto de vista.

En el trabajo voy poco a poco: ahora mismo genero ingresos suficientes para subsistir sin grandes alardes mes a mes. El problema vendrá en esos meses en los que no tenga trabajo (verano, principalmente). Poco a poco estoy buscando nuevas fuentes de ingresos, pero se hace complicado cuando ves que tu horario está tan lleno entre el trabajo en sí y tiempos que necesitas para ir de un sitio para otro.

Mi vida social ha mejorado mucho. No a nivel de número de amistades (que alguna nueva he hecho, obviamente), sino desde el punto de vista de pasar muy poco tiempo en mi casa: organizo quedadas, actividades varias, e intento mantenerme ocupado la mayor cantidad posible de tiempo. En ese sentido he mejorado mucho al no tener que depender de ti para quedar con la gente.

En fin, que necesitaba hacer esta anotación en el blog, poner palabras a mi situación. Sigo sin saber muy bien hacia dónde voy; y me gustaría saberlo, la verdad. Creo que necesito un objetivo, más allá de encontrar subsistencia económica o estabilidad emocional. El problema es que sigo sin encontrar ese punto de motivación que haga que te termine de olvidar por fin, y con el que pueda mirar hacia un futuro próximo con esperanza y optimismo.

lunes, 13 de octubre de 2014

Gira y gira

Tengo que trabajar todos los días para no caer en el pozo de la depresión.


Me esfuerzo constantemente por relativizar los problemas, intento conocer gente nueva, leo libros de autoayuda, hago ejercicio y elimino tu rastro de todo lo que me rodea (al menos hasta donde puedo). Pero parece como si hubiera algo, incontrolable para mí, que se hubiera empeñado en fastidiarme continuamente.

Ya sé que este pensamiento no es positivo ni racional. Entiendo perfectamente que esto no me ayuda a ir hacia adelante con mi vida, pero también es cierto que en los últimos tres meses y medio la balanza entre buenas y malas noticias está muy desequilibrada. A todo lo escrito en las anteriores entradas del blog ahora tengo desgraciadamente que sumar dificultades económicas.

No he sido nunca una persona derrochadora. Soy consciente de que mi trabajo actual (para no dar pistas baste decir que soy autónomo) no me permite realizar gastos descontrolados. Pero el hecho de tener que vivir solo de nuevo, unido al precio de los alquileres de los pisos (da risa pensar que alguien tenga que gastar la mitad larga de su salario para poder vivir solo) me ha llevado en el último mes a una situación límite a nivel financiero. Tengo la cuenta pelada, y tengo que mirar con lupa cada gasto que realizo. Es más que probable que, para poder llegar a final de mes, tenga que pedir dinero a mi familia. Primera vez en mi vida que me voy a encontrar en esta situación.

No es un plato de gusto, pero por lo menos tengo la suerte de poder contar con ellos en este momento. No quiero ni pensar qué pasaría si no estuvieran ahí.

Y mientras tanto, pesadillas nocturnas me atacan indiscriminadamente. El tema: tú, y de fondo tu relación con 'Mr. Joe Satriani': casi todas las mañana me despierto bastante antes de que suene el despertador por una de estas pesadillas. Sueño con el hecho de que estés con él, carnalmente hablando. Por lo menos mi cerebro se apiada de mí, y de momento no lo hace mostrándome imágenes del acto en sí, sino de formas más sutiles.

Quiero dejar de soñar contigo, por lo menos de esta forma. Es muy desagradable pasar de soñar contigo vestida de blanco, feliz a mi lado, a soñar contigo en brazos de otro. Si pudiera escoger, escogería ahora mismo dejar de soñar de ninguna forma contigo.

En cuanto al tema de las redes, parece que eliminarte de ellas no basta para dejar de tener noticias tuyas. Basta un etiquetado de algún amigo en común para saber cosas que no quiero saber, y me encuentro en una situación horrorosa: no quiero eliminar a todos nuestros amigos, y como ellos no conocen todo lo que yo callo y tú ocultas, realizan su vida normalmente. Eso implica tener noticias tuyas sobre eventos en los que vas a participar, fotos en las que apareces, etc.

No sé cuánto tiempo más durará todo esto, ni cuando podré volver a sentir
me feliz. Trabajo en ello todo lo que puedo, e intento poco a poco cambiar mi mentalidad, ser una persona más activa. Sólo pido un poco de ayuda ( si existe la ayuda divina, la invoco desde aquí) para poder dejar atrás todo esto. Quiero volver a ser feliz, y prometo seguirme esforzando en conseguirlo. Pero a veces un empujoncito me ayudaría.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Nunca más


Ayer caí en la trampa. Me pudo la gran cantidad de tiempo que pasé en casa solo, sin nada aparentemente mejor que hacer que consultar tu perfil en las redes.

Por lo menos puedo decir orgullosamente (tras varios meses, eso sí) que no va a volverme a pasar: observé una serie de 'mensajes indirectos' haciendo referencia a mi comportamiento actual contigo (algo que he dado en denominar 'Pasotismo ilustrado', y que consiste en pasar olímpicamente de ti, de tu vida, y de lo que puedas o no estar haciendo), y me sentí mal. Me sentí mal contigo y sobre todo conmigo, porque en mi interior sabía que tarde o temprano iba a pasar, que no ibas a ser capaz de respetar lo que tú misma propusiste.

Verás, reconozco que en un primer momento me dolió, y que he pasado una mala noche dándole vueltas. También entiendo que te jorobase verme hace unos días, y que yo no te dedicase más que un par de minutos de cortesía (no es que te odie de repente, sino que no me sienta bien pasar ahora mismo más tiempo contigo) y me marchase simplemente con un adiós. Entiendo que tú hubieras preferido que te preguntase por tu vida, que hubiéramos mantenido una especie de conversación mientras me ponías tu mejor sonrisa; pero siento decirte que eso ahora mismo no puede ser. Todo el mundo tiene que responsabilizarse de sus actos, y de lo que ellos conllevan.

Yo ahora mismo necesito pasar de ti. Me fastidia cada vez que paso frente a tu trabajo, o cada vez que te recuerdo por cualquier motivo. Quiero recuperar definitivamente mi vida, y la única forma de hacerlo es mantenerte alejada y esforzarme por no saber nada.

Esas autoafirmaciones que cuelgas en las redes sociales, esas frases hechas, esos comentarios con doble sentido, también podría colgarlos yo. Pero quedamos en que no haríamos jamás eso (de hecho, tú quedaste en no hacerlo). Por eso, como veo que no vas a cumplir lo que me prometiste ayer puse punto y final a nuestra aventura juntos en internet: adiós a nuestras fotos de pareja colgadas, y adiós a ti como amiga del caralibro. No ha sido un paso fácil (de hecho me resistí hasta el último momento), pero estoy seguro de que me va a ayudar mucho a nivel personal. Y si no te gusta, pues...

lunes, 6 de octubre de 2014

El interés de esta 'nueva vida'

Tiene narices que nos hayamos tenido que separar justo ahora, cuando empiezo a triunfar en el terreno profesional. Tras algo más de un año tirando con lo que salía, resulta que ahora he pegado el petardazo y estoy ganando dinero de verdad, la gente reconoce mi trabajo y me cuesta cuadrar mi agenda con los nuevos proyectos que me están ofreciendo. Una pasada, vamos...

A todo esto se le suma una especie de 'tranquilidad interior' que he ido adquiriendo entre la rutina laboral, el ejercicio físico, y los periodos que paso a solas leyendo, escribiendo e intentando olvidarte. Bien es cierto que hay momentos en los que despierto sobresaltado (cuándo dejaré de despertarme enfadado o disgutado es algo que me gustaría saber), y sé claramente que tiene que ver contigo, con lo que pasó hace unos meses; pero también es cierto que se me pasa enseguida. Ya no lo paso tan mal durante estos periodos, y me está empezando incluso a gustar tener estos momentos de completa tranquilidad.

Sé que no ha pasado casi tiempo, pero tengo una sensación extraña, como si estuviera desaprovechando mi tiempo de soltería: es como si sintiera que cada día que paso sin relacionarme con alguna mujer o salir a tomar cervezas fuera un día desaprovechado. Ya sé que es una estupidez, pero es lo que ahora mismo siento. Supongo que tendrá que ver con algún tipo de necesidad de revancha o algo, así que espero que esta fase cambie cuanto antes a otra más cabal.


miércoles, 1 de octubre de 2014

¡Me ha encantado!

Varias cosas que me han pasado hoy han hecho que me pase por este blog para dejar constancia. La primera y más reciente de ellas, es una parte de un capítulo de la serie Broadchurch (creo que se escribe así), en donde posiblemente haya escuchado dos verdades enormes acerca de la infidelidad:

   1.- En un momento determinado, la mujer engañada le dice a su marido 'he tenido la posibilidad de engañarte como tú has hecho conmigo; pero no di nunca el paso, porque soy un ser humano y no un puto animal'. Estoy completamente de acuerdo con esta afirmación, la comparto profundamente, y añado un comentario personal: todas esas personas que piensan que la infidelidad es sana, que no hay ningún problema mientras su pareja no se entere, o cualquier otra idiotez semejante, deberían empatizar con la persona engañada, y ponerse en su situación. Seguro que si los engañados fueran ellos cambiaría mucho su opinión al respecto.

   2.- Acto seguido, cuando la mujer le cuestiona el porqué de la infidelidad, el hombre responde algo que me ha abierto los ojos de par en par: 'lo hice simplemente porque era diferente, por salir de la monotonía de nuestra vida. Ahora que ha pasado me doy cuenta de lo que he hecho y he perdido, y me gustaría recuperar lo que teníamos, aunque ya no sea posible'.

Segundo tema a tener en cuenta: creo que me está pasado algo con otra chica, y que a esa chica le pasa también algo conmigo. La ironía del asunto es que ella tiene pareja (es decir, creo que me estoy convirtiendo en 'Mr. Van Halen'), por lo que he decidido batirme en retirada a esperar acontecimientos. No sé si simplemente es algo pasajero por su parte, o si la cosa irá a más, pero no estoy dispuesto a 'levantarle' la novia a otra persona, y mucho menos después de haber sufrido en mis carnes algo parecido.



Tercer tema: he mudado una buena parte de mis cosas al nuevo piso. Curiosamente tengo una cierta ilusión con este tema, con tener algo realmente mío, en un sitio que me gusta y adaptado a casi todas mis necesidades. Además en el trabajo este año pinta bien la cosa, con unos ingresos mayores que los del año pasado. Parece que me empieza a ir bien después del bache...

Para terminar, mi recuerdo para ti. Espero que te esté saliendo todo más o menos bien, aunque realmente ahora mismo me importa más bien poco. Ojalá en un futuro podamos mirarnos a la cara sin sentir asco, pena o lástima. Sería una auténtica pena estropear tantos años de felicidad por un mal final.


martes, 30 de septiembre de 2014

Bienestar


Estoy en uno de esos días en los que parece que que me acerco a la luz al final del túnel. Poquito a poco, voy dejando atrás malos rollos, pensamientos autofustigantes y tonterías varias. ¡Coño, si hasta creo que me gusta una chica!¡E incluso creo que yo también le hago tilín! Mañana he quedado con ella, y espero el momento con cierta ilusión.

Ahora mismo estoy muy cansado. Muchas horas de jaleo hoy, liado hasta las cejas con mil historias: familia, vivienda, amigos, deporte, más amigos... Tengo unas ganas locas de irme a dormir, pero quería dejar constancia de este estado de ánimo para cuando llegue algún otro día de bajón.

Ya han pasado nueve días desde la última vez que mantuvimos contacto, y la verdad es que no lo echo de menos. Creo que es lo mejor que podíamos hacer después de todo lo pasado. Ahora me debato entre decidir no volverte a ver más en la vida (cosa que gana enteros por momentos) y esperar un tiempo prudencial (por lo menos otros seis o siete meses) para contactar contigo; ahora no me siento fuerte para hacerlo, y sólo de pensarlo me pongo malo.

Es curioso como poco a poco, y merced a la introducción de nuevos elementos en mi vida (nuevos amigos, nuevos hobbies, nueva casa, el trabajo y los estudios) me estoy centrando en lo que realmente me importa de todo esto, que soy yo mismo. Creo que por fin he tomado el rumbo que perdí hace tres meses, y que se demoró más de lo necesario conforme a la actitud posterior que adoptamos ambos -ya paso de echarte la culpa  exclusivamente a ti por haber estado gilipolleando los dos meses posteriores al descubrimiento del engaño-. Creo que poco a poco voy tomando conciencia de mi nuevo yo, y me empieza a gustar poder moverme sin dar explicaciones, hacer planes sin pedir opinión y/o permiso, invitar a mi casa a quien me dé la real gana, los días que quiera y a la hora que quiera; comer lo que se me antoje con las especias que a ti no te gustaban, etc.

Claro, no es que quiera vivir solo el resto de mi vida, pero me gusta sentir una completa libertad por vez primera en mi vida, sin familia dando por saco y sin ti por la otra parte. Me da pena no haber tenido esta sensación cuando estábamos juntos, pero es lo que hay.

Sinceramente, me he obligado ahora mismo a pensar en ti y no me sale ningún pensamiento positivo, ni de pena o de dolor. Es más, pienso inaugurar mi casa por todo lo alto durante varias fiestas, y no tengo ninguna intención de invitarte. Ya sé que tampoco lo esperabas, pero tenía miedo hace algunos días de que llegara el momento y no pudiera resistirme.

El mañana comienza mañana, está claro...

lunes, 29 de septiembre de 2014

Altibajos

Desde la conversación mantenida con nuestra amiga común, tengo un bajón emocional que no consigo recuperar. Vale que he pasado un fin de semana de perros, durmiendo poco e intentando mantenerme activo -eso produce fatiga cerebral, y es cuando las emociones negativas afloran-, pero se me vuelve a juntar todo otra vez.

El problema con mi familiar parece que se va resolviendo de forma adecuada, y eso debería ser positivo para mí. Pero de alguna forma me está afectando negativamente tener cualquier tipo de contacto con mi familia más cercana: me siento mal cada vez que estoy con ellos, los veo muy lejanos a mi ritmo, a mi idea de vida, y empiezo a considerarlos un estorbo. Sus ideas y formas de ver la vida se distancian mucho de la mía, y no tengo ni el más mínimo interés en pasar más tiempo del imprescindible con ellos.

Por otra parte, el asunto de la vivienda. Parece ser que por fin voy a poder disponer de mi propio espacio, cosa de la que me alegro infinito; pero no acaba de ser la vivienda que yo hubiera deseado (aunque a estas alturas no tengo muy claro cuál debería ser mi vivienda soñada, pero...), y es más cara de lo que me gustaría pagar. Consecuencias del momento y el lugar en que vivo, imagino, porque he mirado y mirado y los precios son así de exagerados.

Un tercer palo del que preocuparme es el tema laboral. Tengo trabajo, sí, pero como una especie de temporero: hay meses en los que gano más dinero, y meses en los que no gano absolutamente nada. Tengo que preocuparme siempre de ahorrar la mayor cantidad para esos meses en blanco. Y así es muy complicado disfrutar de la vida, pensando en que en cualquier momento te puedes ver en la calle. Intento verlo de forma positiva, y a veces me engaño mejor y otras peor. Me encantaría poder disponer de un trabajo estable, con un horario fijo, y ganando lo justo para vivir sin problemas. No pido hacerme rico; sólo quiero poder disfrutar de lo que tengo sin agobios.

El cuarto palo, el que ya debería estar superado, es todo lo referente a ti. Hablar sobre ti ha reabierto la herida, y ahora toca sufrir ira. Estoy cabreado con tu actitud de falsedad y mentiras en la que te mueves ahora. No consigo entender qué te he podido hacer para que te veas en la obligación de contar tu versión sesgada de lo que ocurrió entre nosotros. No consigo entender por qué te ves en la obligación de contar nada (y mira que lo hablamos y quedamos en callarnos y seguir adelante sin dar explicaciones a nadie, cada uno por nuestro lado), no consigo entender por qué narices yo me mantengo callado mientras tú das tu 'versión' de lo ocurrido, donde en tu mundo fantástico hemos terminado una relación de tantos años, tomando una decisión casi consensuada entre los dos -yo todavía intento explicarme qué te impulsó a irte en brazos de 'Mr. Van Halen'-, y que te acostaste con él cuando tú yo yo habíamos cortado ya (sobre este punto me remito al post anterior a éste que estás leyendo, donde explico bien claro lo qué pasó realmente).



Te recuerdo que tengo whatsapp y está todo escrito. No he amenazado nunca a nadie, pero tampoco nadie se había empeñado en hacerme daño de forma consciente para salvar su culo delante de mis amigos.

Todo esto me está sirviendo para darme cuenta de qué tipo de persona eres realmente: alguien con una ausencia de valores tan notable, que debería ser yo quien hubiera cortado contigo hace años; alguien que no se quiere a sí misma, que busca el salto entre relaciones para huir de la sensación de vacío emocional interno; alguien que no se acepta a sí misma, y necesita tener al lado a otra persona que le aporte todo aquello que no se sabe dar ella misma; alguien que es capaz de mentir a gente que se supone que aprecia con respecto a otra persona que se supone que quiere.



Todo esto hace que me sienta fatal, porque me doy cuenta de que no supe escoger bien a la persona que estaba a mi lado. Pensé que había encontrado alguien especial (lo que debéis estar pensando vosotros dos ahora) y me he dado cuenta de que nada de lo que aporté a nuestra relación (amor, cariño, sinceridad, complicidad, apoyo, lealtad, fidelidad...) te ha servido para evolucionar hacia alguien mejor. Más bien te ha ayudado a volverte aún más egoísta y falsa.

sábado, 27 de septiembre de 2014

¿Por qué cambiamos la percepción según los sexos?

Es curioso observar los comportamientos y las ideas de algunas personas conforme al tema  sobre el que escribo en este blog...

Empezaré por decir que llevaba algunos días sin pensar en nada de esto, y creo de verdad que estoy dando pasos de gigante hacia mi recuperación; pero una combinación de un tema surgido en facebook (red social a la que voy a empezar a limitar mi acceso, porque cada vez me da menos alegrías y más penas), combinado con una pequeña charla con una amiga común me ha puesto de mala leche: parece ser que esta persona ha recibido información por tu parte acerca de tu situación sentimental actual. Ella ya sabía previamente lo que había pasado, pues es una de las pocas personas con las que había hablado de todo lo que está escrito en las primeras entradas de este blog, pero eso tú obviamente no lo sabías.

A raíz de la conversación de escasos minutos que hemos mantenido, me he enterado de que tus explicaciones son que empezaste a mantener una relación con 'el otro' una vez que nosotros terminamos la nuestra. Eso, querida mía, es dar información a medias; sobre todo sabiendo que al hacerlo así estás mintiendo y distorsionando la realidad de lo que realmente ocurrió: recuerdo que me llevabas engañando desde hacía tiempo viéndote a escondidas con él (primera cosa que omites, y que ya de por sí indica la realidad de lo ocurrido); recuerdo también que te pillé engañándome (porque tú no me lo contaste, y eso también es importante para el correcto entendimiento), y de no haberlo hecho probablemente seguiríamos a estas alturas con el engaño, o algo peor; y recuerdo por último que fuiste tú quien me pidió acto seguido tiempo para pensar en lo que sentías. Y fue durante ese tiempo cuando (según tú misma me reconociste y explicaste) te acostaste por primera vez con él.

Quiero también recordarte que pasó un mes hasta que decidí no darte más tiempo y hacerte tomar una decisión, porque tú no querías tomarla. Y ahí es cuando yo considero que realmente terminó todo, y ahí ya te habías encamado con él.

No es por nada, pero creo que es una diferencia notable entre lo que cuentas y lo que realmente hiciste. Y eso, por lo menos en mi tierra, es mentir. Lo peor de todo es que esta amiga, sabiendo previamente lo que había ocurrido, empezaba a justificar tus actos por el simple hecho de cambiar esta parte de la historia, como si el engaño previo no tuviera importancia. Es curioso, porque ninguna otra persona que conoce el tema lo ve igual que ella.

Como verás, yo no tengo por qué mentir, porque no gano nada en ello. Es más, oculto nombres, fechas y datos que pudieran identificarnos por deferencia hacia ti, porque te he querido y porque no creo que nadie merezca ser juzgado por un error. Pero llevas tantas meteduras de pata, engaños, mentiras, salidas tono, actitudes infantiles... en tres meses que empiezo a pensar que merecerías un correctivo.

Ahora, piensa: ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido al revés, y hubiera sido yo el que te hubiera hecho todo esto? ¿Hubieras sido tan indulgente?

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un nuevo yo


Llevo varios días (o semanas) leyendo libros y más libros de autoayuda: superación de dependencias, amoríos y relaciones tóxicas, elevación de la autoestima, etc. Cada uno de ellos me hace darme cuenta que no soy un caso especial, que existen miles de ellos cada día en el mundo. Y es algo que me aterra.

Una de las cosas que más me ha sorprendido ha sido descubrir que poseo una capacidad de autocontrol que empieza a rallar en lo absurdo. Es verdad que me permito una serie de lujos cada cierto tiempo, aunque me cuesta simplemente 'perder el tiempo': mirar por mirar, dormir hasta tarde, sentarme bajo un árbol sin ningún objetivo concreto... Recuerdo que años atrás lo hacía sin ningún tipo de remordimiento, pero ahora me cuesta mucho dedicarme tiempo a mí mismo.

También es verdad que he perdido el norte en otros aspectos. Siempre he mirado mi aspecto físico, y siempre he estado preocupado por mi peso (ahora bastante moderado). Tengo un ligero problema con la concepción de lo que considero realmente 'bello' en una persona. Aspectos como la simpatía, la amabilidad, la cercanía, la educación... quedan relegados a un segundo plano tras el aspecto físico.

Sí, seguramente a más de una persona le parezca algo deleznable, pero a mí me resulta básico ese aspecto para poder fijarme en una persona. Si no hay atracción física, poco me importa a nivel de relaciones de pareja el resto de cosas. Así andamos.

También he perdido mi capacidad de exploración, de investigación de cosas nuevas, por el simple hecho de descubrir cosas. Me siento un tanto inmovilista, me cuesta dar el paso hacia el descubrimiento de nuevas aficiones, nuevos conocimientos, o incluso gente nueva. Y me he dado cuenta de que así no vamos bien. Necesito cambiar esto de alguna forma.

Por otra parte, aunque está claro que no te he alejado de mi cabeza, cada vez pienso menos en ti; cosa que por otra parte me alegra, ya que mi sufrimiento es mucho menor. Ya no te escribo, ni te busco en las redes sociales, ni me preocupo por saber cómo estás o con quién. Tengo clarísimo que ahora mismo me conviene mantenerme alejado lo más posible de ti, por un doble motivo: así tengo más fácil superar el duelo, y por otra parte la distancia evitará que me salpique la mierda cuando te des cuenta de dónde te has metido. No quiero verme afectado de ninguna manera por esto, ya que sería algo completamente inmerecido teniendo en cuenta que no hice nada para estar como estamos ahora.

Ahora me veo diferente: he retomado el gusto por una afición que tenía hace años, me veo capaz y más decidido que cuando estábamos juntos (y no te echo la culpa de ello. Más bien debería agradecerte que hicieras lo que hiciste para que yo despertara mi letargo), me quiero más a mí mismo y espero en un futuro encontrar a alguien que corresponda todo el cariño y el amor que esté dispuesto a ofrecerle. De momento no tengo ninguna prisa por encontrar pareja, aunque algunas mujeres se hayan empeñado en ofrecerse como voluntarias (sí, mujeres en plural). Quiero disfrutar de mi recién adquirida soltería: salir de fiesta, vivir sin ataduras de ningún tipo, sexo sin compromiso, nuevas experiencias vitales... Y además necesito algo de tiempo para autoexplorarme, ver qué me gusta de mí mismo y qué cosas quiero cambiar. Con ayuda de mi cerebro, mi loquero particular y mis amigos, espero enderezar por fin el rumbo de mi vida

lunes, 22 de septiembre de 2014

Superar tu dependencia


Es muy duro darte cuenta de que no has tenido una relación auténtica con una persona tras tantos años pasados con ella. Poco a poco voy recordando cosas que, en su momento, me parecieron extrañas y desconcertantes, pero que ahora adquieren una nueva dimensión: las negativas constantes a compartir los gastos y los muebles del piso (los pagabas tú porque el piso era tuyo, aunque yo también vivía alli); los desplantes que realizabas a mis amigos e incluso a alguno de los tuyos; estar constantemente pendiente del móvil, incluso durante las comidas familiares...

Es curioso cómo, poco a poco, descubro que nuestro círculo común de amigos y conocidos me da señales (muy prudentes en la mayoría de los casos, porque no deja de ser gente educada y amable) de que nunca te consideró una amiga 'cercana'. Sabes que eres guapa, simpática, extrovertida... pero hay algo que parece no acabar de conectar con todo el mundo. Cada poco tiempo alguien me hace ver una nueva faceta de ti que yo no había visto o que había ocultado en mi mente, y resulta un tanto desconcertante.

He comprobado que, aún queriéndote como te quiero, está claro que ya no me convienes (y más con lo que has hecho, y el camino que has decidido tomar); así que me he reafirmado en superar la dependencia afectiva que siento por ti. Ya sé que es difícil, pues cada pocos días me entra una sensación de pena bestial, pero poco a poco voy sintiéndome mejor en esta nueva situación, y espero que de aquí a unos meses pueda pasar tiempo solo sin ningún tipo de problema ni angustia.

Por último, sólo me resta desear con todas mis fuerzas que te des cuenta del agujero en que te estás metiendo con esa otra persona, y que tú misma me has contado. Es difícil, porque yo he estado negando tus cosas malas sobre ti mucho tiempo hasta darme cuenta de todas ellas; pero todo lo que me has contado de la situación que estáis viviendo ahora mismo (estáis iniciando una relación a escondidas de todos, y eso es sólo la punta del iceberg) es completamente objetivo. Nunca es una buena elección estar con alguien por miedo a estar solo o sola. Espero que tengas el suficiente amor propio para dejarlo cuando te des cuenta de todo esto, porque si no te vas a hacer mucho daño.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Desde la lejanía

Es un día muy extraño para mí. Hoy, por primera vez, temo sinceramente por la vida de otra persona que no somos ni yo ni tú; no puedo hacer nada más que esperar y esperar, deseando que la tercera persona en esta ecuación esté descansada y acertada en la operación.

Y mientras tanto, he sufrido otra noche de mierda, donde mi cerebro me ha vuelto a jugar una mala pasada y me ha cortado un descanso necesario. Esta vez, la revolución del mismo partió de un desafortunado comentario tuyo en las redes sociales (que por cierto son algo genial para marear a la gente en este tipo de situaciones).

¿Por qué no te elimino de las redes? Por un doble motivo: primero porque ya lo intenté y me pediste que te volviera a conectar; y segundo porque soy gilipollas (o un calzonazos), no soy capaz de extirparte de mi vida aunque sé que es necesario para mí. Según Walter Risso, un escritor y psicólogo versado en estos temas, eso es un tipo de dependencia afectiva, y empiezo a pensar que está en lo cierto: tres meses; un engaño continuado con otro tipo; varias mentiras y salidas de tono posteriores (como por ejemplo la de anoche) no han conseguido que te odie, que te extirpe de mi vida como un cáncer. Lo peor es que todavía fantaseo de vez en cuando con que vuelvas conmigo. Así de estúpido soy.

Si no te quito de enmedio es por miedo a hacerte daño... ¡¡¡Yo a ti!!! Después del daño que me has hecho y haces, todavía miro por tu bienestar. Me parece sinceramente increíble estar así, ocultando a todo el mundo tu engaño, tu relación furtiva con un casado (inciso, para tu información: si empieza a poner excusas para cortar con su mujer, tipo 'es que ahora está deprimida', 'no es buen momento', 'la niña está mala'... Muchas veces decir 'no puedo separarme' significa en realidad 'no tengo redaños para hacerlo'. Una cosa es querer y otra tener los redaños para darlo y apostarlo todo por ti. Si verdaderamente te amara hasta las últimas consecuencias, estaría contigo).

Menos mal que tengo buenos amigos, que me aguantan todos estos altibajos y me apoyan en todo momento. Tengo suerte de tenerlos, y lo digo con todo el orgullo. Me recuerdan cada día cuál es el camino que debo tomar, me empujan hacia adelante en los momentos de mayor inseguridad, y poco a poco me apoyan para que consiga olvidarme de ti.

martes, 16 de septiembre de 2014

Cómo titular esta entrada... Dudas


No sé qué me pasa contigo, sinceramente lo digo. Mis ideas cambian constantemente de bando, en una lucha constante entre lo que debo y lo que quiero hacer.

Ahora mismo tengo un batiburrillo gordísimo en la cabeza con varios temas: problemas familiares de gravedad, pérdida de la personalidad y falta de interés por todo lo que me rodea (supongo que se trata de algún tipo de crisis de identidad o algo así), y una lucha constante entre superar el duelo con respecto a ti o resistirme a la idea de que ta hayas ido. Intento -y cada día lo veo un poco más cerca- hacerme a la idea de que te hayas ido, pero el mundo parece girar confabulándose para que nos tengamos que encontrar. Cuando no es por ropa, es por correo o por otros motivos.

Debería haberme resistido hoy a recoger en vivo la carta de tu mano -sé que debería haberlo hecho- pero una vez más he cedido a mis ideas. No podía dejar pasar la oportunidad de verte de nuevo, de saber algo de ti, de poderte abrazar como lo he hecho, sintiendo tu cariño y tu pena. Y por una parte me jode mucho haberlo hecho, porque sigo teniendo necesidad de ti, porque pensé que igual lo tenía ya superado; pero ha sido verte y todo se ha ido a la mierda.

Sigo sintiéndote cercana a mí, conectando rápido conmigo, pero a la vez siento que hay una barrera invisible que nos impide comportarnos como queremos hacerlo. Sé que estás con él, y me imagino que la cosa no debe estar fácil ahora mismo con tanto ocultismo alrededor de ambos. Me obligo a alejarme de ti porque sé que si mantuviéramos más relación acabaría lanzándome de nuevo, porque siento que todavía hay alguna posibilidad. Pero sé también que me rechazarías, sea por unos motivos u otros, y no estoy dispuesto a ser yo quien dé ese paso.

Por otra parte, mi cabeza no está. Voy dando pasos más por obligación que por motivación: la casa, el trabajo (que no me apetece y me aburre soberanamente), y quedo con amigos todos los días por no sentirme solo, por evitar pensar en ello. Me debato entre la pena, la frustración a cada paso que doy, episodios de rabia; lucho cada día con mi familia para que entiendan que no deseo ahora mismo estar más que el tiempo imprescindible con ellos, que necesito alejarme de ellos porque me hacen daño. He cometido errores absurdos desde mi opinión con algunas mujeres, e incluso creo que estoy perdiendo mi identidad personal. Me encuentro vacío, sin motivación ninguna en este mundo.

A veces me entran ganas de mandar todo a la mierda (familia, ciudad, amigos...) y coger una mochila rumbo a África o cualquier continente alejado de aquí. Pero me siento atado a ti de alguna manera. Me da miedo alejarme de ti y que de repente te des cuenta del enorme error que cometiste, que quieras volver conmigo, y que yo también quiera tomarte entre mis brazos y no pueda. Y eso no sé hasta cuanto tiempo lo voy a tolerar, porque tengo una vida por delante, tengo la edad perfecta y la posición ideal para mandarlo todo a la mierda y recomenzar con una vida que quiera tener.

No sé qué pasará en los próximos meses, pero lo que está claro es que mi futuro empieza a dibujarse como incierto, sin un camino claro para tomar. Sólo espero no estar haciendo el gilipollas más tiempo del estrictamente necesario con todo esto. Si al menos tu relación se normalizase, y pudiera ver que es algo estable y duradero -no como lo que realmente tienes-, quizás podría echarte para siempre de mi lado. Pero así...

viernes, 12 de septiembre de 2014

Se pilla antes a un(a) mentiroso(a)...


¡Qué duro resulta desprenderse de ti! Y no porque no quiera, porque cada día que pasa lo tengo más claro, sino porque parece que todo lo que se mueve a mi alrededor apunta hacia ti.

Ayer recibí un mensaje de un amigo que hace tiempo que no veía, preocupándose por mi estado de ánimo ya que había coincidido contigo y le habías contado 'nuestra ruptura'. Como buen amigo, me propuso quedar más tarde y charlar, a lo que yo acepté encantado. A la hora de la cita, a la que uno acudió más puntual que el otro, nos saludamos efusivamente y comenzamos a pasear por la ciudad sin rumbo fijo. Tras las protocolarias preguntas acerca de la familia, trabajo y demás, comenzamos a hablar del tema que nos había llevado allí: él me preguntó acerca de mi estado de ánimo; yo le conté cómo me encuentro, y finalmente él me realizó el siguiente comentario:

'Por lo menos la ruptura fue de mutuo acuerdo. Así parece que estas cosas duelen menos.'

Por supuesto, me extrañó muchísimo el comentario, por lo que le pregunté qué le habías contado acerca de 'nuestra ruptura'. Él, extrañado, me explicó que tú le habías dado a entender que habíamos cortado porque la relación se había ido deteriorando, y que en los últimos mes no habíamos hecho otra cosa que convivir como compañeros de piso.

Punto uno: extraña un poco que me definieras como 'compañero de piso', principalmente porque durante ese tiempo realizamos un viaje juntos al extranjero, te acostaste conmigo varias veces (si alguna vez tengo una compañera de piso, se lo tendré que proponer como una rutina más), planificamos nuestras vacaciones para el verano que ya pasó, y alguna otra cosa que hicimos y que prefiero no contar. Por supuesto, yo nunca percibí que nuestra relación estuviera tan deteriorada como das ahora a entender.

Punto dos: me molesta que no cuentes la verdad del asunto. Ya lo sabes porque te lo he dicho alguna vez durante estos últimos meses, aunque entiendo que la vergüenza no te deje hacerlo más que a unas pocas personas. Pero me molesta aún más que cuentes cosas que dan a entender lo que no es: no cortaste conmigo. Me engañaste con otra persona y yo te pillé haciéndolo. Si realmente hubieras tenido el valor de cortar conmigo, y después irte con él, la cosa hubiera sido diferente. Pero la realidad es que no fue así. Tú me engañaste durante medio año con él, y cuando te pillé te quedaste descolocada. Posteriormente insististe en no dejarme marchar sin más, y me pediste tiempo para aclararte; y ese tiempo lo utilizaste para lo que lo utilizaste.

Punto tres: entiendo que ahora quieras autoafirmarte en las decisiones que te has visto obligada a tomar por las circunstancias. Pero de ahí a que engañes a nuestros amigos... va un mundo. Ahora, no sé de qué me extraño: intentaste engañarme a mí contándome una nueva versión de los últimos meses que he tenido que sufrir con tus constantes mentiras e indecisiones (y eso que yo estaba allí contigo), así que igual esto que estás haciendo ahora casi parece hasta normal.

Por favor, no engañes a la gente. Sé que tiene que ser muy complicado iniciar una nueva relación en la situación en la que lo estás haciendo (con sentimiento de culpa, escondiéndote de todos, y percibiendo el rechazo a cada paso que das por parte de la poca gente que lo sabe). Entiendo que no debe ser fácil, sobre todo por el miedo a que esa otra persona te esté utilizando para sus fines, y que una vez cumplidos estos vuelva a los brazos de su mujer (que ya te advierto que va a pasar). Pero te pido por favor que no engañes a nadie más. Ya cubriste el cupo conmigo, y sólo vas a conseguir dañar mi imagen temporalmente -si es que es lo que estás buscando, que no creo- y ponerte en una peor situación cuando todo el mundo se entere de lo que pasó realmente (porque se tendrán que enterar, a menos que quieras mantener esta 'relación' oculta hasta el fin de los días).

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sobre los mitos en las relaciones de pareja

Uno de los temas sobre los que he leído y profundizado estos días son aquellas ideas preconcebidas acerca de las relaciones de pareja, y que pueden llevar a una ruptura o una infidelidad. Creo sinceramente que los dos cometimos errores con respecto a alguna de estas creencias, entre otras cosas porque para ambos fue la primera relación seria y duradera (me gusta creer que esos errores se van subsanando en la posteriores relaciones, y espero que así sea).

Por ejemplo: las parejas felices no discuten nunca. Pues, si es así, que baje Dios y lo vea. Ni de coña se va a dar este caso jamás, ni lo sueñes. Siempre se termina discutiendo por algo, y es normal y sano. Lo que es más complicado es el hecho de discutir continuamente por todo, desde mi punto de vista; para mí esto puede ser síntoma de algún problema más serio. Pero discutir ayuda a la pareja a centrarse en el problema para poder buscar soluciones desde un punto de vista racional y calmado.

Otra gran memez: las relaciones de pareja son relaciones entre iguales. Nadie está por encima de nadie. Pues desde mi punto de vista, tampoco es cierto. En algún aspecto de la relación una parte intentará mandar sobre la otra, porque en el fondo las personas somos así: nos gusta llevar la razón y la voz cantante. Por ejemplo, en temas de viajes tú siempre decidías qué ver, dónde y cuándo, porque tenías mucho más mundo que yo cuando nos conocimos; yo por mi parte, llevaba la voz cantante en temas más relacionados con el deporte, por ejemplo. No pasa absolutamente nada: las mejores parejas son las que se complementan en gran medida entre sí. Es normal tener puntos más fuertes, y otros más débiles.

La gran chorrada: si estás realmente enamorado debes saber siempre qué necesita la otra persona sin que te lo diga. ¡Claaaro, cómo no! Me saco la túnica y la bola, y ya de paso te doy el número premiado de la lotería. Pero ¿Quién se ha sacado esa gilipollez de la chistera? Pues no evolucionamos los unos y los otros con el paso de los años como para saber en qué estabas pensando a todas horas.

Ojo, sí es cierto que en un gran porcentaje es probable que aciertes con lo que la pareja desea en un momento determinado. Pero todos metemos la pata alguna vez (y si no, mira cuántos regalos de cumpleaños se compran sin acierto).

Otra que he leído: el amor romántico será el que sostenga la relación, y se mantendrá constante en el tiempo. Pues, a menos que te guste mantener relaciones de aproximadamente un par de años de duración, ya puedes ir espabilando (avisada quedas, ex-cari, de que con tu nueva pareja vas a acabar igual o peor). Que te conste que la fase de enamoramiento tiene fecha de caducidad, y después tendrás que lidiar con el cariño, la comprensión, la complicidad...

Una buena relación de pareja no exige trabajo. De hecho, son las buenas relaciones las que más trabajo llevan: mantener la pasión, colaborar en las tareas del hogar, pensar en la otra parte antes que ti mismo/a, anteponer decisiones que no te apetece tomar sobre otras que te encantaría tomar, etc. Es que está muy guay decir aquello de 'tengo novio/a', pero detrás de esas palabras tiene que haber algo más, algo que seguramente en nuestro caso dejamos ir poco  poco.

Las parejas en estos tiempos suelen tener una duración determinada. Pues será porque quieres, porque que yo sepa en ninguna pareja pone por ninguna parte aquello de 'made in Taiwan'. La pareja la creas tú, la mantienes viva tú, y tú eres quien se encarga de hacer siempre lo mejor por y para ella (en este caso hablo de pareja como un todo y no de la otra parte). No sé si te agobiaste por llevar tanto tiempo a mi lado o qué, pero aparte de la enorme decepción que me supuso tu engaño me fastidió que tiraras por la borda todo el trabajo que habíamos realizado hasta entonces.

Si estás enamorado, no te pueden atraer otras personas. Falso, falso y rematadamente falso: lo que no puedes es acostarte con ellas, ni engañar a tu pareja.  ¡Claro que te pueden atraer otras personas! De hecho es normal. Lo que no puedes hacer es romper esa exclusividad que todos nos marcamos al inicio de una relación.

Mi pareja me completa. Malo, es un síntoma de que algo no funciona bien en ti mismo/a. No puedes cargar la responsabilidad de eso a otra persona, pensando que con una buena pareja serías mejor persona, más rica, más simpática, más feliz... porque eso es un trabajo exclusivamente tuyo. Si tiendes a pensar así, cambia de idea porque te vas a dar una galleta bien gorda en cualquier momento.

En fin, hay muchas más de las que podría hablar, pero la realidad es que todas las relaciones de pareja son complicadas, tienen momentos buenos, momentos menos buenos, e incluso momentos malos. Y es precisamente cuando las cosas no están funcionando bien cuando realmente debemos esforzarnos por poner solución. Si en vez de eso, pegas la espantada hacia otros brazos, créeme que vas a acabar mal.


martes, 9 de septiembre de 2014

La infidelidad. Por qué existe y que conlleva


He decidido plasmar mi opinión acerca de varios asuntos relacionados con el tema de la infidelidad. No sé si valdrá para algo, ni si lo leerá alguien, pero creo que será beneficioso para mí aclarar ciertas ideas que me rondan acerca de estos asuntos.

Lo primero: la infidelidad no es únicamente de tipo sexual. De hecho, existen otros tipos de engaños en la pareja más comunes que pueden llevar al traste con todo. En mi caso, cielo, todo empezó con una infidelidad basada en una mezcla de desahogo emocional (por parte de él con su pareja), mezclado con tu miedo a perder tu autonomía e independencia personales.

Sí, empezaste a verle por varios motivos, no sólo por esto. Pero es cierto que te entró el miedo en el cuerpo, que te sentiste atada a mí en el presente, y eso no lo podías consentir. Llevas demasiado tiempo haciendo lo que te da la gana en todos los aspecto como para tener que pedir permiso a estas alturas en decisiones que te gustaría tomar únicamente a ti, sin contar con nadie. El problema es que, viviendo en pareja, muchas de estas decisiones presentan problemas y reacciones que afectan a la otra persona, y deben ser comentadas con él/ella para conocer su opinión. La vida en pareja es así; y, si no te gusta, lo mejor que puedes hacer es vivir solo/sola. ¿Qué crees que va a pasar de aquí a un periodo razonable de tiempo? ¿Piensas que él no te va a demandar ese compromiso que yo te pedía? ¿Qué harás entonces?

En cuanto al desahogo emocional... No es por nada, pero eso se soluciona teniendo amigos. No entiendo qué necesidad hay de esconderse para quedar a escondidas y contarse confidencias de este tipo, salvo que haya un interés mayor por parte de los dos. Lo único que se puede sacar de esta actitud es la sensación de estar haciendo algo prohibido (lo que genera un aumento de algunas hormonas, nos hace sentir alerta, y nos genera un cierto grado de excitación), y la posibilidad de que nos pillen y se prepare el lío.

Por otra parte, creo firmemente que el tema de la fidelidad en la pareja no es negociable. Tampoco se debe consentir ni alentar, pues vivimos en una sociedad donde libremente nos comprometemos a mantener relaciones monógamas. Ese compromiso se 'firma' por las dos partes que conforman la relación y debe ser respetado por los dos. En el momento en que una de las partes se lo salte, estaremos rompiendo el equilibrio de la pareja, lo que provocará una injusticia para la parte engañada. Normalmente, cuando una persona muestra tolerancia hacia la infidelidad, lo hace siguiéndose por alguna o varias pautas como éstas:

  • Nadie sabe qué puede pasar después de una infidelidad. A lo mejor mejora tu vida...
  • Es muy difícil luchar contra las emociones. La posibilidad de ser infiel está ahí para todos
  • Mientras la pareja no se entere...
  • En el fondo no es tan importante
Existen muchas más, por supuesto. Pero lo importante es darse cuenta de que, cuando pensamos así, realmente lo que hacemos es dar muy poca importancia a la vida en pareja, y nos predispone a ser infieles, acto que conllevará un dolor en al menos una persona a la que se supone que queremos. (y alguna más, teniendo en cuenta que puede que tengamos hijos, familia, etc., que se sentirán dolidos, defraudados...).

Aquí dejo una parte del texto extraído de http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/06/26/los-once-motivos-que-nos-conducen-a-la-infidelidad-100731. En él se muestran, según los autores, los 11 motivos principales por los que se cometen infidelidades: 

"- La monogamia nunca ha sido aceptada. El sujeto nunca ha tenido la intención de ser monógamo. A pesar de haberse casado o haber aceptado un compromiso. Nunca ha querido tener sexo sólo con su pareja. El matrimonio, para él o ella, sería sólo un sacrificio hecho para mantener en el tiempo una relación que consideran satisfactoria. La monogamia para estas personas no es más que una molestia, algo a evitar, más que algo a mantener.


- Nuestra pareja no nos da lo suficiente. Se trata de una razón muy común para ser infiel. El sujeto encuentra que su pareja no le aporta el suficiente amor, el tiempo y la atención que considera adecuadas, y que sí reciben la familia del cónyuge, los niños o el trabajo. Muchas veces estas personas no son conscientes de sus necesidades emocionales, no lo hablan con su pareja y, finalmente, acaban siendo infieles.
- Creemos que el amor ha desaparecido. El sujeto infiel percibe erróneamente que el amor se ha acabado en la relación, porque ya no se da la intensidad sexual y romántica propia de los primeros pasos en una relación. La realidad es que, en las parejas sanas, a medida que pasa el tiempo el amor se transforma en mayor compromiso, intimidad y confianza.
- Existe un vacío emocional. Si la relación es insatisfactoria lo más normal es que, antes o después, uno de sus miembros acabe siendo infiel. Máxime si los problemas de la pareja hacen a una de las dos personas alejarse del resto de personas cercanas o amigos. El sexo y el romance se utilizan para llenar un vacío emocional.
- Sabemos que vamos a dejar a nuestra pareja, pero queremos tener a alguien en la recámara. Así de simple. Antes de enfrentar la realidad y decirle a nuestra pareja que para nosotros la relación ha terminado, buscamos a un suplente, para poder reemplazar a nuestro compañero en cuanto se haya tomado la decisión. Muchas veces esto se hace de manera inconsciente, pero se hace.
- Nos sentimos inseguros. La persona infiel se siente en inferioridad de condiciones respecto a su pareja: más viejo, más feo, con menos dinero… La infidelidad sirve para reafirmar su valor en el mercado amoroso, subir la autoestima al considerarse deseable. El problema es que las infidelidades causadas por este motivo no suelen ser meditadas, y el arrepentimiento está a la vuelta de la esquina.
- Nos aburrimos. Aunque la relación pueda ser en términos generales satisfactoria, en algún momento simplemente una de las partes se aburre y quiere probar algo especial. Encuentra un placer misterioso e intenso en una relación secreta.
- “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Esto suele ir unido a cualquiera de los otros motivos. Pensamos que mientras no nos pillen no estamos haciendo daño a nadie. El problema es que, tarde o temprano, te acaban pillando.
- Queremos tomar represalias. Algunas personas engañan sólo como venganza por un comportamiento de su pareja que consideran injusto. Quizás como sospecha de una infidelidad de la otra parte, antes de comunicar nada, preferimos ser nosotros también infieles.
- Tenemos un trauma no resuelto. Según numerosos estudios, las personas que han sufrido en la infancia algún tipo de trauma como un abandono emocional, maltrato físico o abuso sexual son más propensas a ser infieles respecto a sus parejas. Tal como explica Cañamares, la fidelidad también se educa: “Se es más infiel si se han visto determinados comportamientos en el entorno familiar. No sólo infidelidades de tus padres, sino también con el resto de familiares o amistades”.
- Tenemos expectativas irracionales de lo que nuestro cónyuge debe ofrecer. Estas personas esperan que sus parejas les concedan todo lo que piden, y cumplan todas sus necesidades. Cuando sus parejas, inevitablemente, fallan, sienten que la infidelidad está justificada. En estos casos, tal como cuenta Cañamares, la educación también juega un papel esencial: “Los niños mimados son más propensos a ser infieles, pues no han aprendido a sobreponer sus deseos”."
Sinceramente, creo que vivimos en los mundos de Yupi (revisad Youtube aquellas personas que no sepáis de dónde sale esta referencia): estamos tan condicionados por los medios de comunicación, nos tragamos tal cantidad de mierda, que pensamos que las relaciones de pareja tienen que ser siempre perfectas, el sexo siempre genial, los posibles niños extraordinarios... Debemos solucionar nuestros problemas siempre charlando de forma tranquila, con buena cara y acabando en la cama tras encontrar una solución que satisfaga a las dos partes por igual...

Tarde o temprano todos nos damos cuenta de que esto no es así, de que las relaciones de pareja presentan problemas reales, y está en nosotros afrontarlos como mejor podamos o sepamos. No soy un defensor de 'aguantar lo que nos toque para siempre', pero sí defiendo la idea de luchar por aquello que queremos, y no salir corriendo al menor problema que se nos plantee.

lunes, 8 de septiembre de 2014

El síndrome del familiar en coma


Es curioso: desde el momento en que me confirmaste que te ibas a convertir en una segundona, me siento liberado. Tendría en teoría que ser al revés, pero saber que no quieres conceder ni la más mínima oportunidad a una reconciliación me ha tranquilizado al máximo.

Ya no tengo que esperarte, pensar en 'y si...', esconder mis emociones ni mis ideas. Tengo la libertad de poder hacer lo que me plazca a voluntad, sin tener que contar con tu decisión o pensando qué te parecería.

¿Sabes qué te digo? ¡Gracias, gracias y mil veces gracias! Me has quitado un peso de encima que llevaba tiempo lastrando. Ahora por fin voy a poder llevar una vida plenamente mía, y voy a poder tomar la decisión de incluir en ella a una persona que comparta mis ideales, mis valores, y mis gustos de una forma más sana.

Añado esta frase, porque creo que mi siguiente paso será perdonar lo que hiciste. ¿Cuánto tardaré? Lo menos que pueda, seguro; no quiero tener más tiempo esta carga encima de mí:


Hoy te digo adiós


Lo esperable tenía que acabar sucediendo. Por fin reconoces haber cumplido el camino que te marqué cuando te marchaste. Aquel día te comenté, paso a paso, todo lo que acabarías haciendo, y ayer por fin me diste la razón. No soy ningún 'pitoniso', pero sí soy bastante inteligente. Estaba claro que ibas a acabar intentando ser la cenicienta de un príncipe podrido.

 Aún así, es tu decisión vivir el cuento como te plazca. No soy yo quien tiene que ponerle final, así que espero, por tu bien, que el narrador se apiade de ti, porque tiene más pinta de acabar en drama que en final de Disney.

Por mucho que él te haya dicho que se lo ha contado a su mujer, aún no lo tienes claro. No hay más que ver tus comentarios para darse cuenta que intentas cada vez autoafirmarte en esta decisión tomada a la fuerza (y no por propia decisión, como dices. Nadie toma una decisión por propia iniciativa cuando le pillan mintiendo y engañando descaradamente a su pareja). Te voy a dar un consejo gratis: No te fíes de él. Me apuesto un brazo a que no le ha dicho a su mujer lo que tú piensas que le ha dicho. Puede que me equivoque -no sería la primera vez-, pero también es verdad que el saldo de aciertos y errores está netamente a mi favor. Auguro un mal final en todo esto.

Yo por mi parte he decidido pasar página con respecto a este asunto. Aún me duele, claro, y supongo que la cosa llevará tiempo, pero me he cansado de estar todo el día con la misma cantinela. Ahora necesito centrarme en mí, en mi futuro inmediato, y es lo que pienso hacer.

Como segundo consejo: no conviene que me vengas a buscar por el momento (cosa que ya te he advertido anteriormente). Te llevarás una desagradable sorpresa; esa que tanto temes y que incluye la presencia de terceras personas. Te avisé de que no pensaba esperarte, y de que tengo la suficiente confianza y seguridad como para saber que no tengo por qué estar solo si no quiero.

De momento no tengo más interés que pasármelo bien con quien quiera pasarlo bien conmigo, en todos los aspectos posibles. Es algo que tengo que agradecerte, pues me has abierto un mundo de posibilidades que desconocía, y para el que por lo visto estoy bien valorado y colocado.

No me soluciona el problema que tengo cuando te recuerdo, pero me aporta cariño y confort, tranquilidad al dormir y algunas otras cosas que no me dabas. No sé si me ayuda a superar tu engaño, pero te aseguro que me ayuda a quitarle parte de la importancia.

¿Se cumplirá al 100% mi predicción? ¿Cuánto tardaré en verte rondando a mi alrededor? ¿Creerás de verdad que te habré esperado durante este tiempo?

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El enamoramiento y el amor real



Esta mañana me he levantado un poco más consciente de mi ser. Todavía tengo esa sensación tan amarga por las mañanas por no tenerte a mi lado, pero al menos cuando pienso en esto empiezo a centrarme en otros aspectos que hasta la fecha no me habían resultado importantes.

Leyendo mucho (como siempre), he caído sobre la idea de intentar adivinar por qué se acabó tu amor por mí. Y me he dado cuenta de que quizás no he utilizado el término más correcto: debería haber utilizado la palabra enamoramiento en vez de la palabra amor.

Verás, según la Wikipedia, el enamoramiento se describe como sigue:

"El enamoramiento es un estado emocional surcado por la alegría,en el cual una persona se siente intensamente atraída por otra, que le da la satisfacción de alguien quien pueda comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. Desde el punto de vista bioquímico se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en elhipotálamo mediante la segregación de dopamina.
El enamoramiento se basa en los gestos y la comunicación emocional, motriz, sexual, intelectual e instintiva. Los gestos se basan físicamente también y se llevan a cabo al moverse, mirarse, acariciarse y hablarse.
Segun Yela (2002), a diferencia de la creencia generalizada de que el enamoramiento es un fenómeno impredecible y aleatorio, un número creciente de científicos sociales han construido diferentes modelos teóricos que describen y explican el enamoramiento. Las características principales del enamoramiento son sintomáticas, las cuales según la mayoría de los autores son:
  • Intenso deseo de intimidad y unión física con el individuo (tocarlo, abrazarlo, besarlo e incluso relaciones sexuales).
  • Intenso deseo de reciprocidad (que el individuo también se enamore del sujeto).
  • Intenso temor al rechazo.
  • Pensamientos frecuentes e incontrolados del individuo que interfieren en la actividad normal del sujeto puro.
  • Pérdida de concentración.
  • Fuerte activación fisiológica (nerviosismo, aceleración cardíaca, etc.) ante la presencia (real o imaginaria) del individuo.
  • Hipersensibilidad ante los deseos y necesidades del otro.
  • Atención centrada en el individuo.
  • Idealización del individuo, percibiendo sólo características positivas, a juicio del sujeto."
¿Te suena todo esto? Seguro que sí. Es lo que seguramente estés sintiendo ahora mismo por ese otro hombre. Es lo que sentiste en su momento por mí, y lo que poco a poco se fue diluyendo. Porque el enamoramiento tiene fecha de caducidad. No dura para siempre, y se pierde con la convivencia con esa persona.

El tiempo da paso al amor real, consciente, "el que ya no te hace temblar, ni te produce taquicardia, pero te pone una chispa en los ojos cuando él te mira, te hace sentir bien a su lado y hace imposible el aburrimiento cuando estáis juntos." ¿Te suena este otro tipo de amor? Seguro que se parece a lo que afirmas sentir por mí.

Es raro darse cuenta de esto, ¿Verdad? Es raro entender cómo se puede dañar una relación estable, sensata, bonita y sencilla, por algo que en realidad no es lo que pensabas. ¿Qué pasará cuando te des cuenta de que ese hombre tampoco va a satisfacer todos estos sentimientos para siempre?

Sufro cada día pensando en la distancia que nos has obligado a tomar. Me da rabia sentir que te amo, que he intentado varias veces hablar contigo sobre este tema, que te he propuse acudir a un terapeuta de pareja, y descubrir que realmente nunca pude llegar al fondo de tu corazón, que simplemente fui otro capricho más en tu vida. Cada día fantaseo con la posibilidad de que al final vuelvas a mí, que me digas sinceramente que te has dado cuenta de que soy yo con quien quieres estar. Pero reconozco que tendría que trabajar mucho y tendrías que cambiar muchos aspectos de tu ser para pensar en recomenzar algo contigo.