Tengo que trabajar todos los días para no caer en el pozo de la depresión.
Me esfuerzo constantemente por relativizar los problemas, intento conocer gente nueva, leo libros de autoayuda, hago ejercicio y elimino tu rastro de todo lo que me rodea (al menos hasta donde puedo). Pero parece como si hubiera algo, incontrolable para mí, que se hubiera empeñado en fastidiarme continuamente.
Ya sé que este pensamiento no es positivo ni racional. Entiendo perfectamente que esto no me ayuda a ir hacia adelante con mi vida, pero también es cierto que en los últimos tres meses y medio la balanza entre buenas y malas noticias está muy desequilibrada. A todo lo escrito en las anteriores entradas del blog ahora tengo desgraciadamente que sumar dificultades económicas.
No he sido nunca una persona derrochadora. Soy consciente de que mi trabajo actual (para no dar pistas baste decir que soy autónomo) no me permite realizar gastos descontrolados. Pero el hecho de tener que vivir solo de nuevo, unido al precio de los alquileres de los pisos (da risa pensar que alguien tenga que gastar la mitad larga de su salario para poder vivir solo) me ha llevado en el último mes a una situación límite a nivel financiero. Tengo la cuenta pelada, y tengo que mirar con lupa cada gasto que realizo. Es más que probable que, para poder llegar a final de mes, tenga que pedir dinero a mi familia. Primera vez en mi vida que me voy a encontrar en esta situación.
No es un plato de gusto, pero por lo menos tengo la suerte de poder contar con ellos en este momento. No quiero ni pensar qué pasaría si no estuvieran ahí.
Y mientras tanto, pesadillas nocturnas me atacan indiscriminadamente. El tema: tú, y de fondo tu relación con 'Mr. Joe Satriani': casi todas las mañana me despierto bastante antes de que suene el despertador por una de estas pesadillas. Sueño con el hecho de que estés con él, carnalmente hablando. Por lo menos mi cerebro se apiada de mí, y de momento no lo hace mostrándome imágenes del acto en sí, sino de formas más sutiles.
Quiero dejar de soñar contigo, por lo menos de esta forma. Es muy desagradable pasar de soñar contigo vestida de blanco, feliz a mi lado, a soñar contigo en brazos de otro. Si pudiera escoger, escogería ahora mismo dejar de soñar de ninguna forma contigo.
En cuanto al tema de las redes, parece que eliminarte de ellas no basta para dejar de tener noticias tuyas. Basta un etiquetado de algún amigo en común para saber cosas que no quiero saber, y me encuentro en una situación horrorosa: no quiero eliminar a todos nuestros amigos, y como ellos no conocen todo lo que yo callo y tú ocultas, realizan su vida normalmente. Eso implica tener noticias tuyas sobre eventos en los que vas a participar, fotos en las que apareces, etc.
No sé cuánto tiempo más durará todo esto, ni cuando podré volver a sentir
me feliz. Trabajo en ello todo lo que puedo, e intento poco a poco cambiar mi mentalidad, ser una persona más activa. Sólo pido un poco de ayuda ( si existe la ayuda divina, la invoco desde aquí) para poder dejar atrás todo esto. Quiero volver a ser feliz, y prometo seguirme esforzando en conseguirlo. Pero a veces un empujoncito me ayudaría.
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