sábado, 27 de septiembre de 2014

¿Por qué cambiamos la percepción según los sexos?

Es curioso observar los comportamientos y las ideas de algunas personas conforme al tema  sobre el que escribo en este blog...

Empezaré por decir que llevaba algunos días sin pensar en nada de esto, y creo de verdad que estoy dando pasos de gigante hacia mi recuperación; pero una combinación de un tema surgido en facebook (red social a la que voy a empezar a limitar mi acceso, porque cada vez me da menos alegrías y más penas), combinado con una pequeña charla con una amiga común me ha puesto de mala leche: parece ser que esta persona ha recibido información por tu parte acerca de tu situación sentimental actual. Ella ya sabía previamente lo que había pasado, pues es una de las pocas personas con las que había hablado de todo lo que está escrito en las primeras entradas de este blog, pero eso tú obviamente no lo sabías.

A raíz de la conversación de escasos minutos que hemos mantenido, me he enterado de que tus explicaciones son que empezaste a mantener una relación con 'el otro' una vez que nosotros terminamos la nuestra. Eso, querida mía, es dar información a medias; sobre todo sabiendo que al hacerlo así estás mintiendo y distorsionando la realidad de lo que realmente ocurrió: recuerdo que me llevabas engañando desde hacía tiempo viéndote a escondidas con él (primera cosa que omites, y que ya de por sí indica la realidad de lo ocurrido); recuerdo también que te pillé engañándome (porque tú no me lo contaste, y eso también es importante para el correcto entendimiento), y de no haberlo hecho probablemente seguiríamos a estas alturas con el engaño, o algo peor; y recuerdo por último que fuiste tú quien me pidió acto seguido tiempo para pensar en lo que sentías. Y fue durante ese tiempo cuando (según tú misma me reconociste y explicaste) te acostaste por primera vez con él.

Quiero también recordarte que pasó un mes hasta que decidí no darte más tiempo y hacerte tomar una decisión, porque tú no querías tomarla. Y ahí es cuando yo considero que realmente terminó todo, y ahí ya te habías encamado con él.

No es por nada, pero creo que es una diferencia notable entre lo que cuentas y lo que realmente hiciste. Y eso, por lo menos en mi tierra, es mentir. Lo peor de todo es que esta amiga, sabiendo previamente lo que había ocurrido, empezaba a justificar tus actos por el simple hecho de cambiar esta parte de la historia, como si el engaño previo no tuviera importancia. Es curioso, porque ninguna otra persona que conoce el tema lo ve igual que ella.

Como verás, yo no tengo por qué mentir, porque no gano nada en ello. Es más, oculto nombres, fechas y datos que pudieran identificarnos por deferencia hacia ti, porque te he querido y porque no creo que nadie merezca ser juzgado por un error. Pero llevas tantas meteduras de pata, engaños, mentiras, salidas tono, actitudes infantiles... en tres meses que empiezo a pensar que merecerías un correctivo.

Ahora, piensa: ¿Qué hubiera pasado si hubiese sido al revés, y hubiera sido yo el que te hubiera hecho todo esto? ¿Hubieras sido tan indulgente?

No hay comentarios:

Publicar un comentario