martes, 2 de septiembre de 2014

No soy un calzonazos... (¿O sí?)


A veces me sorprendo pensando en dos realidades completamente diferentes como parte de una misma solución. Todo esto de conversar con amigos y terapeutas sobre lo divino y lo humano de las relaciones me deja siempre sumido en un mar de dudas que me resulta casi imposible de salvar.

Según el psicólogo, realmente demuestro una entereza digan de elogio por cómo estoy afrontando nuestra separación. Me llama el 'hombre chollo', porque según él me comporto de una forma tan racional y tan amable con todo esto que a todo el mundo le podría resultar fácil dejarme llegado el momento.

Hoy hemos llegado al acuerdo de llamar a las cosas por su nombre. Todavía estoy enamorado de ti. Pero (y aquí es donde demuestro la entereza de la que él me habla) no estoy esperando como un tonto a ver si decides en un futuro querer volver conmigo. Estoy tomando nuevos caminos poco a poco, saliendo con nuevas mujeres, rehaciendo mi vida a nivel personal y profesional.

Por otra parte, parece ser que mi forma de afrontar la ruptura, desde el punto de vista de haberme dejado golpear y no devolver el guantazo, demuestra una gran entereza en mí. No me sale hacer esas cosas; no tiene ningún sentido práctico, porque no me va a devolver la confianza en ti y la vida que teníamos (o que creía tener contigo), y sería provocartei un daño mayor del que tú sola te has hecho ya. Hay dos párrafos que he leído en un libro de Jorge Bucay que creo que vienen al pelo:

"...La pena que te causo es tan intensa que querrás negarme, y para eso intentarás esconderme detrás de tus personajes (...), detrás de tu sexualidad indiscriminada. Pero no importa lo que hagas, no importa a dónde vayas. Yo estaré allí, porque viajo contigo día y noche; sin descanso, sin límites (...). Soy EL SENTIMIENTO DE RECHAZO QUE SIENTES POR TI MISMO"

Otro pedazo de ese mismo libro dice otra gran verdad:

"El mentiroso no es alguien que teme al resultado del juicio de un otro, ni la condena en ese juicio. El mentiroso YA SE JUZGÓ Y SE CONDENÓ (...) Cuando la mentira es para evadir una responsabilidad, es el equivalente de un síntoma. ¿Cuántas veces hemos visto juntos que, en última instancia, la neurosis no es más que una forma de no ser adultos? ¿De escapar a la responsabilidad que implica crecer?"




Una de las cosas que más me chocan es que tras unos pocos días en los que yo he decidido por fin cortar mi comunicación contigo, has decidido dar el paso de hablarme. No sólo hablarme: contarme tus pensamientos, ofrecerme cosas como una especie de obsequio o algo así, etc. Tengo claro que sólo lo haces por intentar acallar tu culpa y tu vergüenza, y te he dado largas hasta donde he podido, pero al final he abierto un poco la mano y te he deseado una buena estancia durante el tiempo que estés lejos en ese viaje que tienes que hacer.

Eso sí, ahora empieza la toma de decisiones por mi parte: dónde y cómo voy a vivir, qué quiero hacer con mi tiempo y mi vida a partir de ahora, qué amigos quiero recuperar... Lógicamente todo esto mezclado con mis miedos y dudas, con los bajones típicos de esta fase de duelo. Me gustaría que tú sola te dieras cuenta de que es muy pronto para intentar entablar una relación de amistad, y de que necesito estar alejado de ti por un tiempo. Necesito desatarme, vivir nuevas experiencias sin tenerte a mi lado, darme cuenta de si mi vida es mejor contigo o sin ti, y necesito tiempo para valorarlo sin tener que estar pendiente de hablar lo justo contigo, y que no te haga daño.

Por favor, si piensas que podrías ser tú la persona sobre la que escribo, hazme un favor: no me llames, no me escribas. Deja pasar unos meses, soluciona tu conflicto emocional con ese otro, decide si quieres o no estar conmigo de una forma sensata (estar conmigo implica nivel emocional y nivel físico. Lo uno sin lo otro no me vale), y cuando lo tengas claro llámame, pídeme tomar un café y soluciónalo como hacen los adultos. Cualquier otra forma me demostrará que estoy mejor sin ti.

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