miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un nuevo yo


Llevo varios días (o semanas) leyendo libros y más libros de autoayuda: superación de dependencias, amoríos y relaciones tóxicas, elevación de la autoestima, etc. Cada uno de ellos me hace darme cuenta que no soy un caso especial, que existen miles de ellos cada día en el mundo. Y es algo que me aterra.

Una de las cosas que más me ha sorprendido ha sido descubrir que poseo una capacidad de autocontrol que empieza a rallar en lo absurdo. Es verdad que me permito una serie de lujos cada cierto tiempo, aunque me cuesta simplemente 'perder el tiempo': mirar por mirar, dormir hasta tarde, sentarme bajo un árbol sin ningún objetivo concreto... Recuerdo que años atrás lo hacía sin ningún tipo de remordimiento, pero ahora me cuesta mucho dedicarme tiempo a mí mismo.

También es verdad que he perdido el norte en otros aspectos. Siempre he mirado mi aspecto físico, y siempre he estado preocupado por mi peso (ahora bastante moderado). Tengo un ligero problema con la concepción de lo que considero realmente 'bello' en una persona. Aspectos como la simpatía, la amabilidad, la cercanía, la educación... quedan relegados a un segundo plano tras el aspecto físico.

Sí, seguramente a más de una persona le parezca algo deleznable, pero a mí me resulta básico ese aspecto para poder fijarme en una persona. Si no hay atracción física, poco me importa a nivel de relaciones de pareja el resto de cosas. Así andamos.

También he perdido mi capacidad de exploración, de investigación de cosas nuevas, por el simple hecho de descubrir cosas. Me siento un tanto inmovilista, me cuesta dar el paso hacia el descubrimiento de nuevas aficiones, nuevos conocimientos, o incluso gente nueva. Y me he dado cuenta de que así no vamos bien. Necesito cambiar esto de alguna forma.

Por otra parte, aunque está claro que no te he alejado de mi cabeza, cada vez pienso menos en ti; cosa que por otra parte me alegra, ya que mi sufrimiento es mucho menor. Ya no te escribo, ni te busco en las redes sociales, ni me preocupo por saber cómo estás o con quién. Tengo clarísimo que ahora mismo me conviene mantenerme alejado lo más posible de ti, por un doble motivo: así tengo más fácil superar el duelo, y por otra parte la distancia evitará que me salpique la mierda cuando te des cuenta de dónde te has metido. No quiero verme afectado de ninguna manera por esto, ya que sería algo completamente inmerecido teniendo en cuenta que no hice nada para estar como estamos ahora.

Ahora me veo diferente: he retomado el gusto por una afición que tenía hace años, me veo capaz y más decidido que cuando estábamos juntos (y no te echo la culpa de ello. Más bien debería agradecerte que hicieras lo que hiciste para que yo despertara mi letargo), me quiero más a mí mismo y espero en un futuro encontrar a alguien que corresponda todo el cariño y el amor que esté dispuesto a ofrecerle. De momento no tengo ninguna prisa por encontrar pareja, aunque algunas mujeres se hayan empeñado en ofrecerse como voluntarias (sí, mujeres en plural). Quiero disfrutar de mi recién adquirida soltería: salir de fiesta, vivir sin ataduras de ningún tipo, sexo sin compromiso, nuevas experiencias vitales... Y además necesito algo de tiempo para autoexplorarme, ver qué me gusta de mí mismo y qué cosas quiero cambiar. Con ayuda de mi cerebro, mi loquero particular y mis amigos, espero enderezar por fin el rumbo de mi vida

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