viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuando hay cosas que dan por saco...



Malo que ni siquiera nos hablemos; malo que no quiera saber de ti, pero que por amigos comunes no me queden más narices que enterarme de ciertas cosas que haces cada cierto tiempo; pero de ahí, a que me cuenten que has aprovechado MI TRABAJO (sí, mí trabajo) para plagiarlo y con ello favoreces a Mr. guitar-hero... No sé si has perdido completamente la cabeza, o es que eras así ya antes de que estallase todo.

Mira que me costó creérmelo y todo. ¡Cómo va ser que, la persona que amé durante 9 años, y que decía que me amaba, después de todo lo que hizo mal, casi un año y medio después vuelva a la carga por otros derroteros y vuelva a jugármela! No puede ser ella, qué va...

Pues sí. Se conoce que has perdido la capacidad de producir cosas por ti misma o algo, y me has plagiado contenidos originales que yo tenía colgados con sus correspondientes derechos en internet. ¡Olé, olé y olé! ¡Vivan tus santos coj...!

En fin, paso de darle más bola a esto. No te lo mereces. Ya te caerás tú sola de la burra.

martes, 18 de agosto de 2015

Tu recuerdo



Hoy estoy haciendo un gran esfuerzo por escribir aquí.

Es muy tarde y debería acostarme, ya que mañana tengo que trabajar. Curioso, ¿No? Es curioso que en este mismo momento sea yo el que tiene un trabajo fijo, y bien remunerado, con un cargo de responsabilidad acorde a mi valía, y tú te encuentres en la calle. Bien es cierto que no ha sido culpa tuya (nadie tiene culpa cuando se va a la calle por motivos económicos, y menos en los tiempos que corren); eres una buena trabajadora, o al menos eso he pensado siempre.

Es curioso que, además, sigas escribiéndome con excusas completamente infantiles. Se te nota la necesidad de hablar conmigo, de saber de mí. No sé si se trata de la culpa, de la sensación de lejanía, o de que simplemente me estoy dedicando a vivir mi vida, ignorando por completo la tuya. De hecho, estas líneas que estoy escribiendo ahora mismo se deben a la necesidad que tengo de recordar este momento, esta sensación de completa distancia hacia ti, de la libertad y felicidad que siento con lo que me rodea en la vida ahora.

Tu nombre ha salido hoy en una conversación de bar, con mis amigos. Sin pretenderlo siquiera, alguien ha hecho alusión a tu persona, y hemos vuelto a comentar lo que pasó cuando empecé a escribir este blog. Me he sorprendido a mí mismo al escucharme hablando de la forma más natural sobre ello, sin darle más importancia. Me he sentido liberado, distanciado de la carga que sentí durante mucho tiempo; demasiado tiempo, diría yo.

En cierto modo me pica la curiosidad por saber qué tal os esta funcionando la cosa al 'coletas' y a ti. Es una curiosidad en cierto modo malsana, porque en mi interior casi desearía tener razón en todo lo que te advertí sobre él. Pero la verdad es que espero que todo lo que hemos pasado te haya cambiado en algo la forma de ver y vivir la vida, y que ahora pienses un poco más en todo y todos los que te rodean.No te deseo ningún mal en tu futuro, sinceramente. No ganaría nada con ello, ni me haría más feliz.

No me creo las chorradas del Karma, ni pienso que el tiempo ponga a cada uno en su sitio. No necesito ser tan iluso, y me he dado cuenta que pensar en estas cosas es un síntoma inequívoco de que quien realmente lo piensa normalmente suele ser incapaz de tomar las riendas de su vida y enfocarla en ser feliz con lo que tiene. Sólo espero que, al final de tus días, cuando repases tu vida, recuerdes con mucho cariño a una persona que te quiso con locura durante 9 años. También espero poder hacerlo yo contigo.

miércoles, 24 de junio de 2015

La insistencia y la culpa (o el síndrome del perro del hortelano)

Pensé que no volvería a escribir aquí. Sinceramente creo que cada vez estamos más lejos el uno de la otra, y no puedo decir  a estas alturas que me importe lo más mínimo.

Lo siento, porque nunca podré decir aquello de 'ya no te quiero'. La realidad es que sí lo hago, pero no puedo olvidar todo lo que hiciste; ni puedo ni me da la gana. Engañarme, pillarte, pedirme tiempo, acostarte con otro y mantenerme a la espera, engañar a su mujer... Supongo que sabes que es bastante más que suficiente como para que no te vuelva a dirigir ni siquiera una mirada.

He dicho que te quiero, y es cierto. Pero también es cierto que no te quiero de la misma forma que te quise cuando éramos pareja. Hoy te miro a los ojos en las contadas ocasiones que te veo y siento distancia, frío y malestar. Tú intentas disfrazarlo todo bajo el paraguas del pasado, pero los dos sabemos que no ha pasado tiempo suficiente, y que es posible que nunca pase.

Nos hemos visto dos veces durante la última semana. La primera vez con tu actual pareja, que entendió muy bien que no debía acercarse a mí (y espero que siga así durante el resto de su vida). Tú revoloteaste a mi alrededor para que me diera cuenta de que estabas allí, y te acercaste, tan normal, como si yo tuviera que dar carpetazo a la situación e invitarte a unas cañas para celebrarlo. Nada más lejos de la realidad: no acepto (y creo que me va a costar) este asunto, porque entre otras cuestiones sigo creyendo que a no mucho tardar te vas a encontrar una sorpresa muy desagradable con él (deberías preguntarle por su ex y un fin de semana del mes de octubre pasado). Y te sigo recordando que no pienso ser tu paño de lágrimas; esa opción salió de tu vida hace más de un año.

La última vez que nos hemos visto ha sido ayer. Yo estaba disfrutando de una agradable tarde a la orilla del río con unos amigos que tenemos en común, y tú pasaste con la bicicleta a nuestro lado. Saludaste sin pararte y desapareciste, cosa que no entiendo pero que tampoco puedo discutir (igual tenías prisa). Lo que no entiendo es que me escribieras varios mensajes más tarde, en tono de 'amiguísimos de toda la vida', preguntándome el porqué de esa quedada. Para estar tan bien noto que te cuesta mucho comportarte como una persona racional y madura. Te comportas más bien como si hubieras perdido algo y no supieras cómo recuperarlo. Lástima...

Y es que, querida ex mía, cuesta mucho levantarse cuando hemos cometido una gran cagada y el sentimiento de culpa nos corroe. Eso lo sé desde hace muchísimo tiempo, y lo hablé contigo muchas veces durante el tiempo que pasamos juntos. Por eso me comporto de la manera en que lo hago, para que no me toque pasar nunca lo que tú estás pasando ahora. Siento no habértelo sabido transmitir de manera que tú también lo entendieras.

Para que conste: mi actual pareja y yo hemos decidido dar el paso de vivir juntos, en NUESTRA casa. Es algo que nos ilusiona enormemente. He conocido a su familia (gente trabajadora, encantadora, sencilla y muy familiar) y ella a la mía. E incluso hemos hablado ya de la posibilidad de formar una familia juntos. Espero que entiendas, a poco que recuerdes de cuando vivíamos juntos, que eso significa no volver a mirar atrás.


martes, 26 de mayo de 2015

Esto no es normal

No es normal que me lleven los pensamientos de nuevo hacia ti. No es normal ni es sano a estas alturas.

Odio todo lo que supone recordarte, recordar lo mucho que te he querido y cómo me trataste. Odio tener esta sensación de malestar y rencor hacia una persona con la que estuve conviviendo nueve años y que tan profundamente llegué a amar. Pero bien es cierto que te has empeñado en no dejarme pasar el duelo tranquilamente.

No puedes porque te come por dentro la culpa, te molestan esos sentimientos naturales. No eres capaz de dejarme tranquilo, necesitas que te perdone y que te trate como si no hubiera pasado nada. Y yo no estoy preparado para perdonarte, y de momento tampoco quiero.

No quiero perdonarte de momento porque de esa forma volverías a las andadas, al todo vale, al 'hago lo que me da la gana y los demás que arreen'. Quiero que te des cuenta de que cada acción tiene sus consecuencias, de que no puedes pasarte a todos por donde te dé la gana y que ellos te rían la gracia.

El sábado apareciste en un bar donde sabías perfectamente que nos ibas a encontrar a mi pareja y a mí, entre otras cosas porque yo había quedado con una de nuestras amigas en común con la que tú te ibas a ver antes. No pintabas nada allí a esas horas, y eres perfectamente consciente de ello. Pero apareciste como queriendo dar la sensación de que todo estaba bien, que sabías lo mío con ella: saludaste como si no ocurriera nada, charlaste 3 minutos con nosotros, y te apartaste ipso facto de nosotros para hablar con parte del grupo de personas que estábamos allí.

Baste decir que desapareciste a los 20 minutos, cuando te diste cuenta de que no era normal. Y es ya la segunda vez que intentas hacer algo parecido y desapareces con el rabo entre las piernas. Todavía no sé qué intentas hacer, pero si lo que buscas es acercarte a mí lo estás haciendo fatal.

Además, al día siguiente fui yo el que decidió no verte. Sabía que irías al cumpleaños de una amiga, y tal y como actúas tenía mis dudas acerca de si aparecerías con 'Mr. guitar hero'. No estoy preparado para echármelo a la cara, y por no tener un momento delicado y enrarecer el ambiente decidí no ir.

Te aviso: supongo que ya te has caído del guindo, se te ha ido el enamoramiento que sufrías por esa joya de chico y te has dado cuenta de lo mucho que has perdido con el cambio. NO ES MI PROBLEMA, y no me puedes exigir u obligar a quererte de nuevo. Mis ritmos no son los que a ti te gustarían y me está llevando tiempo, como puedes ver. Nunca he desechado la idea de perdonarte, pero de momento no lo he hecho.

lunes, 18 de mayo de 2015

Mentiras, falsedad y malas amistades

Hay cosas que nunca podré entender de la especie humana, sinceramente.

Soy una persona a la que le gustan las cosas claras y de frente. Llevo muy mal las medias verdades, las conversaciones con doble sentido y cosas por el estilo. Me parecen una pérdida de tiempo y una falta de respeto para las personas afectadas o incluidas en la misma.

Por otra parte creo que también he demostrado tener una paciencia infinita. He aguantado estoicamente todo lo que la vida me ha querido enseñar durante mis años de vida, y sigo aquí luchando constantemente contra una gran parte de la sociedad que se ha acostumbrado a las mentiras, falsedades, faltas de ética y otras cuestiones que a mí me sacan de quicio.

Cada vez entiendo menos por lo tanto algunas parejas. Él es sosegado, empático, creativo y sincero; dice las cosas de frente y tal y como las siente y las vé, y lo considero un buen amigo. Ella, sin embargo, se dedica a falsear, ocultar, ofrecer pequeñas chispas de información destinadas a fastidiar o sonsacar cosas del receptor de la conversación.

Sigo sin entender por qué, sin yo siquiera incitarle a ello, hizo ayer alarde de esa actitud: primero me preguntó por mi nueva pareja, para acto seguido cuestionarme acerca de cuánta gente pensaba yo que podría saber que manteníamos una relación. Al responderle que no sabía, y que realmente tampoco me preocupaba mucho, me dio una de esas respuestas a las que aludo en su actitud:

"Pues XXX ya lo sabe".

Por supuesto, no quedó ahí la cosa. Se dedicó a contarme  que tú por lo visto lo habías hablado con algún 'confidente' (vaya por delante que sé desde siempre con quién hablas y sobre qué temas) y le habías comentado que te parecía muy bien mi nueva relación, ya que mi pareja en cuestión te cae muy bien. Acabáramos...

Al respecto tengo que decir varias cosas, por supuesto:
   1.- Me da exactamente igual lo que te pueda parecer mi relación actual. Soy dueño de mi vida, la vivo con quien quiero y con quien creo que me quiere.
  2.- Creo que ambos tenemos cosas mejores en qué pensar que en la actual relación de nuestras exparejas. En tu caso estaría bien que hicieras memoria de este último año y medio, y por algo lo digo.
  3.- Creo sinceramente que mi 'amiga' chismosa no se da cuenta de que empatiza contigo porque se siente dolida, varios años después, de haberle hecho a su anterior pareja lo mismo que tú me has hecho a mí. Por lo menos ella tuvo la valentía de ofrecerle una mentira plausible en el momento de su ruptura, cosa que por supuesto él no aceptó y por la que le lleva retirando la palabra y todo contacto desde hace más de tres años (sirva decir que los hombres podemos ser tontos, pero de gilipollas en estos casos solemos tener muy poco aunque en general las mujeres tendáis a pensar que es así).

Tengo que decir que lo de ayer me llegó bastante adentro, y me llevó un buen rato entender que mi enfado estaba destinado a esta persona y no directamente a ti. Entre otras cosas intenté disculpar tu actitud pensando que no lo debes estar pasando del todo bien, y que las heridas que se generaron tardan en cicatrizar. Pero al comentar este aspecto, esta persona tuvo otra de esas respuestas que tanto odio y que nunca le pedí:

"Ah, no, pues yo la veo muy bien".

Y acto seguido me comentó que únicamente habláis por whatsapp, y que no te vé desde las navidades. Por supuesto no quise ofrecerle más información, pero tengo claro que algo no debe ir bien en tu vida cuando todos los amigos que tenías en común conmigo han dejado de saber de ti, y te dedicas cada cierto tiempo a mandarme mensajes del estilo 'me acuerdo de ti'. El último hace un par de semanas.

Me parece muy bien que hagas amigos nuevos. Espero que con estos te portes mejor que como te estás portando con todos nosotros. Yo por mi parte sigo alejado de ti, porque aún no estoy preparado para verte como alguien a quien realmente quiera incluir en mi vida ahora mismo.Estoy en fase de construcción de algo nuevo, bonito y sólido junto con una persona a la que quiero y que ha demostrado tener una paciencia fuera de lo común, teniendo que aguantar durante tanto tiempo este tipo de actitudes, y tengo claro que ahora mismo estás totalmente fuera de esto y debes mantenerte ahí. Lo siento, porque en algún momento de mi vida pensé que así sería contigo, pero ahora ya es tarde para deshacerlo todo.

lunes, 27 de abril de 2015

Cuando tu ex no supera que puedas vivir sin ella

Casi 10 meses después de iniciar todo este jaleo, y cuando cada vez estás más alejada de mi día a día, te dedicas a demostrar tu inmadurez en el caralibro (facebook).

Recuerdo que, en su momento, decidí eliminarte de mi cuenta como amiga porque  te dedicabas a mandar mensajes 'subliminales' en forma de frases célebres muy bien escogidas según el día. Hablé contigo, y por supuesto lo negaste todo. No obstante, para evitar males mayores, y visto que yo me equivocaba con facilidad, te eliminé.

Los meses fueron pasando, y como ya he escrito conocí a otras personas. La última, mi pareja actual con la que llevo alrededor de cinco meses saliendo, es una chica encantadora, cariñosa, amable, buena compañera, y sigue mis mismos patrones de comportamiento y de educación. Todo esto no debería de importarte mucho, sobre todo teniendo en cuenta lo genial que es 'Mr. guitarman' y lo muchísimo que debes quererle...

Me resulta entonces sorprendente que, la primera vez que hablo de ella en mi perfil del caralibro (y de tapadillo, sin especificar quién ni por qué), y tras tanto tiempo transcurrido, me comente que en tu perfil aparece a los 10 minutos de mi publicación la siguiente frase:

 "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena." (Ghandi)

Por supuesto, para no equivocarme esta vez tengo claro que la cosa no va conmigo ni con ella. Supongo que hablas de política, o de alguien que conoces. Ni se me ocurriría pensar que pudieras estar hablando de todo esto que he escrito y poniéndote como la buena de la película (ante las dudas del porqué, te recomiendo leer todo el blog hasta este post), porque demostraría un escasísimo nivel de madurez, y creo que eres una persona madura, abierta y sincera.

Si te sirve de algo, y por si acaso, no tengo que ocultarme con ella. Es mi pareja, y si no te gusta puedes hacer muchas cosas al respecto, aparte de recordar el mes de junio del año pasado y ver por qué estás ahora así...


martes, 7 de abril de 2015

Aún siento algo

No te equivoques. No es que aún te quiera, sino que todavía retornas a mi memoria cada cierto tiempo. Todavía machacaría sin piedad al 'guitar hero' si se pusiera a tiro, y es probable que a ti te pusiera a escurrir. Por lo menos son las ganas que me surgen de vez en cuando, aunque conociéndome como me conozco supongo que al final todo quedaría en nada.

He pensado bastante en ti y en tu familia durante este periodo, y sigo pensando que de todos ellos eres la mejor (teniendo en cuenta lo que pasó al final, no sé si les deja en muy buen lugar). Si me paro a pensar, mi exsuegra era una buena pieza: recién jubilada, habiendo vivido toda su vida del cuento, y casada  con una persona de vuelta de todo. Tengo mis dudas de que tus padres realmente se quieran, si te soy sincero. Se aguantan, sí, pero de ahí a sentir amor...

Tu hermano es otra joya. Espero que por lo menos el sepa comportarse con su pareja como tú no supiste comportarte conmigo, aunque me da la sensación de que ella los tiene mejor puestos que yo. Es evidente que no aguanta a tu madre (no hay más que fijarse un poco en las conversaciones entre ambas), y tampoco se molesta mucho en intentar ser amable y educada. Es posible que ahí hayáis encontrado la horma de vuestro zapato.

No tengo ni puñetera idea de qué es de tu vida actualmente. Parece que por fin has dejado de darme el coñazo con tonterías que no vienen a cuento, y espero que dure mucho tiempo. Por mi parte, empiezo a tener sentimientos más profundos por mi nueva pareja. Es alguien realmente digno de tener en tu vida, y se vé en el escaso tiempo que llevamos saliendo juntos: se desvive por hacerme sentir bien, me busca para darme todo su cariño, es comprensiva, amable, buena persona, y sincera. También es una chica atractiva y sexualmente activa, cosa que no es primordial pero sí tremendamente interesante.

Siento sinceramente que acabáramos así. Me hubiera gustado haber podido quedar contigo, que me contaras cómo te va, qué proyectos tienes... Pero no consigo perdonarte. Ojalá llegue el día en que pueda, pero de momento no.

viernes, 13 de marzo de 2015

Casi un parto después...


Todavía no me puedo creer cómo ha cambiado mi vida en este plazo de tiempo. De vivir contigo, sentirme feliz a tu lado, a sentirme dolido y vacío cada vez que coincido contigo por cualquier motivo.

Durante este periodo he rehecho mi vida como mejor he sabido y podido. Tengo una nueva pareja, una nueva casa, nuevo trabajo... y me he propuesto mantenerme alejado de ti durante el mayor tiempo que me sea posible. El problema es que tú pretendes de alguna manera ligarte de nuevo a mí: me escribiste para decirme lo mal que lo estabas pasando, insistes en sonsacarme información cada vez que hablamos por cuestiones relacionadas con correo o cualquier otra excusa, y no te das cuenta (o te la das y te da lo mismo) de que no quiero saber nada sobre ti.

No es que no me interese, o que en cierto modo no me preocupe. La realidad es que cada vez que contactamos me haces daño, me recuerdas lo que me hiciste, lo desleal y tremendamente traicionera que fuiste durante tanto tiempo. Y siento ahora mismo que me va a ser difícil poder perdonar eso. Cada vez que hablo contigo o te veo me siento vacío, te percibo como si estuvieses muerta para mí.

Me duele muchísimo percibirte así, tras nueve años de relación en la que puse todo de mi parte para que fueras feliz a mi lado. Ahora veo que me equivoqué en casi todo: en el tiempo que malgasté, en cómo te percibía, en la forma en que te quise. Jamás recuperaré todo aquello que tuvimos, en el tiempo que pasamos realizando actividades que a los dos nos encantaban, en todo el mundo que descubrimos juntos.

Me siento triste hoy, está claro. Te añoro, y es indiscutible. Pero cada vez que recuerdo el mes de junio, me entran unas ganas tremendas de gritar. Es posible que el tiempo me ayude a hacer más llevadero el dolor, pero dudo que me haga olvidar.

lunes, 23 de febrero de 2015

8 meses después

Ocho meses van a hacer ya desde que tú y yo nos separamos. Casi parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo. Yo, por mi parte, tengo una nueva relación; y de ti sé bastante poco, sinceramente.

Si vuelvo a escribir es porque tengo muchas dudas acerca de todo lo que me rodea ahora mismo. No he conseguido sentirme plenamente feliz desde aquel día. Tampoco es que te eche la culpa a ti de todo esto: cada uno debe labrarse su propia felicidad, y eso es algo que tengo claro. Pero también es cierto que nada ha vuelto a ser lo mismo desde entonces.

Con mi pareja actual va la cosa por días: unas veces me encuentro muy contento de haberla encontrado, y otras veces tengo dudas. Ella es maravillosa, encantadora, tierna y comprensiva. Pero yo no acabo de verme completamente feliz a su lado. Echo en falta algunas cosas que tenía antes contigo (aunque bien es cierto que he ganado otras muchas con ella que no tenía), y me asusta recordarte cada cierto tiempo. Pienso que no es justo para ella que no pueda darle el 100% de mí a esta relación, aunque me encantaría poder hacerlo porque se lo merece.

A nivel laboral, la cosa está dura: la situación se vuelve complicada por momentos. He pasado de vivir toda mi vida de forma acomodada a pasar dificultades económicas, aunque parece que poco a poco voy levantando cabeza. Aún así, cada cierto tiempo tiempo recibo algún tipo de disgusto de tipo económico que me hace venirme abajo y tener que volver a empezar.

A nivel personal, no me acabo de sentir fino. Unos días parece que el mundo se abre ante mí, y al día siguiente parece que todo se va a ir a la mierda. Me gustaría estabilizarme un poco, aunque no consigo adaptarme a mi nueva vida. Me siento un poco 'fuera de sitio' con tanto cambio. Me gustaría creer que todo va a cambiar pronto, aunque mis sensaciones van por otro lado.

En cuanto a ti... la verdad es que no sé muy bien qué decir. Por una parte siento curiosidad por saber cómo te está funcionando todo; pero por otro lado tengo todavía sentimientos de rabia y cabreo por lo que hiciste. He dejado de creer en la justicia divina, pensando que te habrás dado cuenta del error que cometiste en su momento; y sinceramente no quiero saber si sigues con ese personaje o no. Necesito aclararme de una vez con todo esto, porque está claro que olvidarme de ti no funciona del todo. Todavía paso por tu calle, y miro y te busco entre la gente. Sé que no es bueno para mí, ni justo para ella.

Espero que, poco a poco, la cosa vaya mejorando. Tengo la firme determinación de trabajar en ello para que así sea, y la esperanza de que no me lleve toda la vida. Quiero vivir bien, feliz y satisfecho con lo que hago.

viernes, 2 de enero de 2015

Increíble pero cierto

Esto lleva tintes de convertirse en un culebrón. Lo que voy a relatarte parece una broma de mal gusto, o algo salido de una mente calenturienta, pero gracias a dios tengo un testigo directo que corroborará todo lo que voy a exponer aquí.

Resulta que hoy me encontraba en una tienda comprando regalos. Estaba intentando decidirme por algún presente para mi novia cuando, sin ton ni son, una mujer me ha abordado en la misma diciéndome 'hola, no me conoces pero yo a ti sí. Te resultará extraño que te diga esto, pero quiero tomarme un café contigo'.

Al principio pensé que se trataba de algún tipo de broma. Cuando le pregunté su nombre y me paré a pensar en ella detenidamente, descubrí que se trataba ni más ni menos de la ex mujer (según sus propias palabras) de 'Mr. Guitar hero'. Te juro que no se trata de ninguna broma ni de un intento de hacerte daño. Se trata de la pura verdad.

Esta ciudad es muy pequeña. A veces pienso que demasiado. Cuando he corroborado de quién se trataba, me he sentido muy nervioso e incómodo, sinceramente. Ella asegura que no pretende abrir de nuevo la herida, sino que pretende adivinar cómo he hecho para sobreponerme a lo que pasó hace ya más de medio año; aunque yo no lo tengo tan claro, sinceramente.

Se trata de una chica muy atractiva. Sinceramente pienso que es casi un bombón, y tengo bastante claro por dónde van los tiros de su invitación. Somos mayorcitos ya para saber qué está buscando cada uno con estas cosas. Lo que ella no sabe es que yo ya he rehecho mi vida, y que tengo una nueva pareja. Nos hemos intercambiado de todas formas los teléfonos para quedar algún día (reconozco que en ese momento no he sabido reaccionar, y decirle claramente que no pretendo ni quiero hablar más del asunto), pero ahora mismo no me apetece saber más acerca de todo esto.

Mi amigo, un grandísimo y sabio amigo, me ha hecho ver que no puede haber más que dolor tras esta 'cita'. Seguramente quiera obtener información sobre lo que yo sé que pasó, pero no creo que sea lo mejor para ella tampoco. Si quiere sobreponerse como estoy haciendo yo, en algún momento tendrá que decir basta y deberá cerrar el ciclo.

No sé cuánto tiempo más va a colear este asunto, ni cuántas sorpresas más me voy a llevar. Estoy muy harto de esto, y quiero pasar página y centrarme en mi pareja actual (bendita ella, que me aguanta estoicamente). Sólo quiero decirte que esto ha pasado, aunque no creo que jamás leas esta líneas. Tampoco lo hago para que las leas, sino para exteriorizar todo lo que estoy pasando. Espero sinceramente que no dé el paso de llamarme o intentar quedar, pero de ser así ya veremos cómo acaba todo.