viernes, 8 de marzo de 2024

10 años después

10 años después, soy por suerte otra persona. 

Al final me casé con el amor de mi vida (que, por lo visto, no eras tú). Tengo una familia, una casa, un trabajo que me gusta... En mi caso, la vida se ha encargado de enseñarme que, si bien a veces te llevas palos como el que viví cuando empecé a escribir este blog, lo que te encuentres más adelante no tiene necesariamente por que ser malo o peor que lo que tenías.

Hoy, desde la oscuridad de una habitación en silencio, me despido de este blog. He releído mis antiguas entradas, he recordado sin rencor todo de nuevo, y estoy listo para cerrar esta puerta para siempre. No voy a volver aquí, no lo necesito.

Estés donde estés, vive feliz lo que te quede de vida. No tiene sentido perder el tiempo arrepintiéndose constantemente de lo que ya pasó. 

Adiós.

lunes, 4 de julio de 2016

Las redes sociales

Llevaba sin escribir desde febrero. Diría que ni me había vuelto a acordar de este blog, y pocas veces durante este periodo he llegado a mencionarte en mis conversaciones.

He tenido cinco meses normales, con mis altibajos (como los que tiene todo el mundo). He vivido varias situaciones interesantes en mi vida, Quizás el más interesante sea que mi pareja y yo nos hemos mudado a un nuevo piso; más grande, más céntrico y escogido por los dos. Remarco este último punto porque creo que es la primera vez en mi vida que he podido escoger algo libremente (sin presiones motivadas por las prisas o los condicionantes externos, tales como el dinero o el trabajo).

También me han operado, aunque es una cuestión menor. Lo mejor ha sido comprobar cómo ella ha estado todo este tiempo a mi lado, sin ningún tipo de duda,  malas caras o problemas.Ha sido incluso demasiado generosa, paciente y cariñosa. Un auténtico ángel.

Además estoy en trámites de cambiar de profesión, algo que llevaba tiempo rumiando. No era feliz con mi trabajo, pero he tardado muchísimo tiempo en darme cuenta. Ahora he iniciado una carrera apasionante en un campo que se dedica a ayudar a los demás. Me gusta mucho, me siento feliz cada vez que alguien recurre a mí, y espero en un plazo breve de tiempo expandirme lo suficiente como para poder vivir en exclusiva de ello. De momento, paso a paso.

¿Por qué te escribo hoy? Simplemente porque he visto una foto tuya en las redes sociales, en un momento de tu nueva vida. No sonreías, estabas sola (rodeada de gente, pero sola), y tenías la misma mirada de siempre: perdida, ausente.

Supongo que habrá coincidido (las casualidades ocurren), pero me ha dado por mirar las imágenes que tengo de estos últimos dos años. He podido comprobar cómo mi gesto en ellas ha cambiado notablemente: he pasado de sonreír obligado por las circunstancias, a realmente disfrutar de aparecer en ellas. No he conseguido ver ninguna en la que aparezca posando serio ni ausente. Gracias a tu foto me he dado cuenta de cómo disfruto ahora de lo que tengo y de quién soy. Gracias...





lunes, 1 de febrero de 2016

Lo bajo que pude caer

Es curioso, pero me he vuelto a acordar de este blog por medio de una lectura que acabo de hacer del caso de una chica, que fue abandonada por su novio cuando éste pasó a liarse con otra chica más joven. El caso es que me doy cuenta, gracias a ella, de que hice bastante el gilipollas durante los 9 años que intenté llevar una relación contigo de igual a igual. He hecho cosas que nunca pensé que llegaría a hacer:

1.- Me dejé arrastrar por tus cambios de humor. Si tenías un día malo, lo acababa teniendo yo también. Bastaba verte la cara después del trabajo, o en un día en que tuvieras la regla, para saber que ese día no podríamos tener la fiesta en paz en casa.

2.- Dejé de ver a parte de mis amigos, con los que no tenías 'feeling'. Lo más grave es que, cuando te marchaste, ellos siguieron estando ahí cuando les necesité. Jamás podré agradecérselo lo suficiente.

3.- Cuando terminamos, llegué a pensar que era culpa mía, que no era suficientemente bueno para ti. Vaya sorpresa me llevé cuando descubrí al poco tiempo que habías ido 'marcando terreno' durante mucho (mucho, mucho) tiempo a mi alrededor, y que muchas chicas tenían hasta miedo de hablar conmigo por tu culpa.

4.- Tuve cambios de imagen motivados por tu incesante perorata de que 'con el pelo de otra forma estarías mejor', 'deberías adelgazar un poco'...

5.- Llegué a sentirme mal cada vez que te proponía tener relaciones, porque tú las rechazabas demasiado de continuo. Raro era que mantuviéramos más de 3 encuentros al mes. No era mi problema, y ahora veo que eras tú la que tenía un problema que nunca me quiso comentar.

6.- Pasé demasiado tiempo resolviendo tus problemas. Creo que es evidente este punto, ya que estuviste casi año y medio desde que nos separamos tocándome las narices cada cierto tiempo con idioteces que bien podrías haber arreglado tú sola, y que recibieron constantes negativas por mi parte.

Ahora me siento liberado, tranquilo y feliz. He redescubierto la vida, encontrado nuevas metas e ilusiones,  tengo a mi lado a una pareja que me da lo mismo que yo le ofrezco, y vuelvo a ser dueño de mí mismo. Te diría que en cierto modo lo siento por ti, porque sé que ahora mismo estás pasando una mala situación, pero me temo que poco te va a importar a estas alturas...

viernes, 13 de noviembre de 2015

Cuando hay cosas que dan por saco...



Malo que ni siquiera nos hablemos; malo que no quiera saber de ti, pero que por amigos comunes no me queden más narices que enterarme de ciertas cosas que haces cada cierto tiempo; pero de ahí, a que me cuenten que has aprovechado MI TRABAJO (sí, mí trabajo) para plagiarlo y con ello favoreces a Mr. guitar-hero... No sé si has perdido completamente la cabeza, o es que eras así ya antes de que estallase todo.

Mira que me costó creérmelo y todo. ¡Cómo va ser que, la persona que amé durante 9 años, y que decía que me amaba, después de todo lo que hizo mal, casi un año y medio después vuelva a la carga por otros derroteros y vuelva a jugármela! No puede ser ella, qué va...

Pues sí. Se conoce que has perdido la capacidad de producir cosas por ti misma o algo, y me has plagiado contenidos originales que yo tenía colgados con sus correspondientes derechos en internet. ¡Olé, olé y olé! ¡Vivan tus santos coj...!

En fin, paso de darle más bola a esto. No te lo mereces. Ya te caerás tú sola de la burra.

martes, 18 de agosto de 2015

Tu recuerdo



Hoy estoy haciendo un gran esfuerzo por escribir aquí.

Es muy tarde y debería acostarme, ya que mañana tengo que trabajar. Curioso, ¿No? Es curioso que en este mismo momento sea yo el que tiene un trabajo fijo, y bien remunerado, con un cargo de responsabilidad acorde a mi valía, y tú te encuentres en la calle. Bien es cierto que no ha sido culpa tuya (nadie tiene culpa cuando se va a la calle por motivos económicos, y menos en los tiempos que corren); eres una buena trabajadora, o al menos eso he pensado siempre.

Es curioso que, además, sigas escribiéndome con excusas completamente infantiles. Se te nota la necesidad de hablar conmigo, de saber de mí. No sé si se trata de la culpa, de la sensación de lejanía, o de que simplemente me estoy dedicando a vivir mi vida, ignorando por completo la tuya. De hecho, estas líneas que estoy escribiendo ahora mismo se deben a la necesidad que tengo de recordar este momento, esta sensación de completa distancia hacia ti, de la libertad y felicidad que siento con lo que me rodea en la vida ahora.

Tu nombre ha salido hoy en una conversación de bar, con mis amigos. Sin pretenderlo siquiera, alguien ha hecho alusión a tu persona, y hemos vuelto a comentar lo que pasó cuando empecé a escribir este blog. Me he sorprendido a mí mismo al escucharme hablando de la forma más natural sobre ello, sin darle más importancia. Me he sentido liberado, distanciado de la carga que sentí durante mucho tiempo; demasiado tiempo, diría yo.

En cierto modo me pica la curiosidad por saber qué tal os esta funcionando la cosa al 'coletas' y a ti. Es una curiosidad en cierto modo malsana, porque en mi interior casi desearía tener razón en todo lo que te advertí sobre él. Pero la verdad es que espero que todo lo que hemos pasado te haya cambiado en algo la forma de ver y vivir la vida, y que ahora pienses un poco más en todo y todos los que te rodean.No te deseo ningún mal en tu futuro, sinceramente. No ganaría nada con ello, ni me haría más feliz.

No me creo las chorradas del Karma, ni pienso que el tiempo ponga a cada uno en su sitio. No necesito ser tan iluso, y me he dado cuenta que pensar en estas cosas es un síntoma inequívoco de que quien realmente lo piensa normalmente suele ser incapaz de tomar las riendas de su vida y enfocarla en ser feliz con lo que tiene. Sólo espero que, al final de tus días, cuando repases tu vida, recuerdes con mucho cariño a una persona que te quiso con locura durante 9 años. También espero poder hacerlo yo contigo.

miércoles, 24 de junio de 2015

La insistencia y la culpa (o el síndrome del perro del hortelano)

Pensé que no volvería a escribir aquí. Sinceramente creo que cada vez estamos más lejos el uno de la otra, y no puedo decir  a estas alturas que me importe lo más mínimo.

Lo siento, porque nunca podré decir aquello de 'ya no te quiero'. La realidad es que sí lo hago, pero no puedo olvidar todo lo que hiciste; ni puedo ni me da la gana. Engañarme, pillarte, pedirme tiempo, acostarte con otro y mantenerme a la espera, engañar a su mujer... Supongo que sabes que es bastante más que suficiente como para que no te vuelva a dirigir ni siquiera una mirada.

He dicho que te quiero, y es cierto. Pero también es cierto que no te quiero de la misma forma que te quise cuando éramos pareja. Hoy te miro a los ojos en las contadas ocasiones que te veo y siento distancia, frío y malestar. Tú intentas disfrazarlo todo bajo el paraguas del pasado, pero los dos sabemos que no ha pasado tiempo suficiente, y que es posible que nunca pase.

Nos hemos visto dos veces durante la última semana. La primera vez con tu actual pareja, que entendió muy bien que no debía acercarse a mí (y espero que siga así durante el resto de su vida). Tú revoloteaste a mi alrededor para que me diera cuenta de que estabas allí, y te acercaste, tan normal, como si yo tuviera que dar carpetazo a la situación e invitarte a unas cañas para celebrarlo. Nada más lejos de la realidad: no acepto (y creo que me va a costar) este asunto, porque entre otras cuestiones sigo creyendo que a no mucho tardar te vas a encontrar una sorpresa muy desagradable con él (deberías preguntarle por su ex y un fin de semana del mes de octubre pasado). Y te sigo recordando que no pienso ser tu paño de lágrimas; esa opción salió de tu vida hace más de un año.

La última vez que nos hemos visto ha sido ayer. Yo estaba disfrutando de una agradable tarde a la orilla del río con unos amigos que tenemos en común, y tú pasaste con la bicicleta a nuestro lado. Saludaste sin pararte y desapareciste, cosa que no entiendo pero que tampoco puedo discutir (igual tenías prisa). Lo que no entiendo es que me escribieras varios mensajes más tarde, en tono de 'amiguísimos de toda la vida', preguntándome el porqué de esa quedada. Para estar tan bien noto que te cuesta mucho comportarte como una persona racional y madura. Te comportas más bien como si hubieras perdido algo y no supieras cómo recuperarlo. Lástima...

Y es que, querida ex mía, cuesta mucho levantarse cuando hemos cometido una gran cagada y el sentimiento de culpa nos corroe. Eso lo sé desde hace muchísimo tiempo, y lo hablé contigo muchas veces durante el tiempo que pasamos juntos. Por eso me comporto de la manera en que lo hago, para que no me toque pasar nunca lo que tú estás pasando ahora. Siento no habértelo sabido transmitir de manera que tú también lo entendieras.

Para que conste: mi actual pareja y yo hemos decidido dar el paso de vivir juntos, en NUESTRA casa. Es algo que nos ilusiona enormemente. He conocido a su familia (gente trabajadora, encantadora, sencilla y muy familiar) y ella a la mía. E incluso hemos hablado ya de la posibilidad de formar una familia juntos. Espero que entiendas, a poco que recuerdes de cuando vivíamos juntos, que eso significa no volver a mirar atrás.


martes, 26 de mayo de 2015

Esto no es normal

No es normal que me lleven los pensamientos de nuevo hacia ti. No es normal ni es sano a estas alturas.

Odio todo lo que supone recordarte, recordar lo mucho que te he querido y cómo me trataste. Odio tener esta sensación de malestar y rencor hacia una persona con la que estuve conviviendo nueve años y que tan profundamente llegué a amar. Pero bien es cierto que te has empeñado en no dejarme pasar el duelo tranquilamente.

No puedes porque te come por dentro la culpa, te molestan esos sentimientos naturales. No eres capaz de dejarme tranquilo, necesitas que te perdone y que te trate como si no hubiera pasado nada. Y yo no estoy preparado para perdonarte, y de momento tampoco quiero.

No quiero perdonarte de momento porque de esa forma volverías a las andadas, al todo vale, al 'hago lo que me da la gana y los demás que arreen'. Quiero que te des cuenta de que cada acción tiene sus consecuencias, de que no puedes pasarte a todos por donde te dé la gana y que ellos te rían la gracia.

El sábado apareciste en un bar donde sabías perfectamente que nos ibas a encontrar a mi pareja y a mí, entre otras cosas porque yo había quedado con una de nuestras amigas en común con la que tú te ibas a ver antes. No pintabas nada allí a esas horas, y eres perfectamente consciente de ello. Pero apareciste como queriendo dar la sensación de que todo estaba bien, que sabías lo mío con ella: saludaste como si no ocurriera nada, charlaste 3 minutos con nosotros, y te apartaste ipso facto de nosotros para hablar con parte del grupo de personas que estábamos allí.

Baste decir que desapareciste a los 20 minutos, cuando te diste cuenta de que no era normal. Y es ya la segunda vez que intentas hacer algo parecido y desapareces con el rabo entre las piernas. Todavía no sé qué intentas hacer, pero si lo que buscas es acercarte a mí lo estás haciendo fatal.

Además, al día siguiente fui yo el que decidió no verte. Sabía que irías al cumpleaños de una amiga, y tal y como actúas tenía mis dudas acerca de si aparecerías con 'Mr. guitar hero'. No estoy preparado para echármelo a la cara, y por no tener un momento delicado y enrarecer el ambiente decidí no ir.

Te aviso: supongo que ya te has caído del guindo, se te ha ido el enamoramiento que sufrías por esa joya de chico y te has dado cuenta de lo mucho que has perdido con el cambio. NO ES MI PROBLEMA, y no me puedes exigir u obligar a quererte de nuevo. Mis ritmos no son los que a ti te gustarían y me está llevando tiempo, como puedes ver. Nunca he desechado la idea de perdonarte, pero de momento no lo he hecho.