lunes, 23 de febrero de 2015

8 meses después

Ocho meses van a hacer ya desde que tú y yo nos separamos. Casi parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo. Yo, por mi parte, tengo una nueva relación; y de ti sé bastante poco, sinceramente.

Si vuelvo a escribir es porque tengo muchas dudas acerca de todo lo que me rodea ahora mismo. No he conseguido sentirme plenamente feliz desde aquel día. Tampoco es que te eche la culpa a ti de todo esto: cada uno debe labrarse su propia felicidad, y eso es algo que tengo claro. Pero también es cierto que nada ha vuelto a ser lo mismo desde entonces.

Con mi pareja actual va la cosa por días: unas veces me encuentro muy contento de haberla encontrado, y otras veces tengo dudas. Ella es maravillosa, encantadora, tierna y comprensiva. Pero yo no acabo de verme completamente feliz a su lado. Echo en falta algunas cosas que tenía antes contigo (aunque bien es cierto que he ganado otras muchas con ella que no tenía), y me asusta recordarte cada cierto tiempo. Pienso que no es justo para ella que no pueda darle el 100% de mí a esta relación, aunque me encantaría poder hacerlo porque se lo merece.

A nivel laboral, la cosa está dura: la situación se vuelve complicada por momentos. He pasado de vivir toda mi vida de forma acomodada a pasar dificultades económicas, aunque parece que poco a poco voy levantando cabeza. Aún así, cada cierto tiempo tiempo recibo algún tipo de disgusto de tipo económico que me hace venirme abajo y tener que volver a empezar.

A nivel personal, no me acabo de sentir fino. Unos días parece que el mundo se abre ante mí, y al día siguiente parece que todo se va a ir a la mierda. Me gustaría estabilizarme un poco, aunque no consigo adaptarme a mi nueva vida. Me siento un poco 'fuera de sitio' con tanto cambio. Me gustaría creer que todo va a cambiar pronto, aunque mis sensaciones van por otro lado.

En cuanto a ti... la verdad es que no sé muy bien qué decir. Por una parte siento curiosidad por saber cómo te está funcionando todo; pero por otro lado tengo todavía sentimientos de rabia y cabreo por lo que hiciste. He dejado de creer en la justicia divina, pensando que te habrás dado cuenta del error que cometiste en su momento; y sinceramente no quiero saber si sigues con ese personaje o no. Necesito aclararme de una vez con todo esto, porque está claro que olvidarme de ti no funciona del todo. Todavía paso por tu calle, y miro y te busco entre la gente. Sé que no es bueno para mí, ni justo para ella.

Espero que, poco a poco, la cosa vaya mejorando. Tengo la firme determinación de trabajar en ello para que así sea, y la esperanza de que no me lleve toda la vida. Quiero vivir bien, feliz y satisfecho con lo que hago.